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La historia del clan estafador de los rumanos que ‘recolectaba’ billetes de 500 de los naranjos, pillaron desde Almansa y ya están libres

La Guardia Civil desarticuló desde Almansa y Caudete a un clan estafador de rumanos que habían hecho un imperio a costa de teléfonos móviles de alta gama y usando los datos de más de 600 clientes de compañías de manera fraudulenta. La operación se dio a conocer el pasado mes de enero y llamó la atención por la cantidad millonaria de la estafa, pero el diario El Mundo la trae ahora a su crónica lamentando, además, que los acusados ya están en libertad de nuevo.

Lo llamativo que, por ejemplo, era habitual que en sus redes sociales colgaran fotos de naranjos con billetes de 500 euros como si fuera lo que recolectaban como temporeros. 

Y es que se hacían pasar por jornaleros de la fruta y cobraban el paro, ayudas para los más desfavorecidos e iban a los comedores sociales, aunque en realidad eran unos estafadores que emplearon un método novedoso y que costaron tres millones a las telefónicas haciéndose con móviles de alta gama.
Se hicieron con los datos de más de 600 personas, y suplantaron a más de 400 que casi tuvieron que pagar teléfonos que no habían comprado.
Fueron desarticulados por los agentes de la Guardia Civil de la policía judicial de Almansa tras dos años de trabajo entregado y meticuloso. Sin embargo, hoy se encuentran en libertad y nadie puede garantizar que no hayan vuelto al tajo.
La historia empezó con la detención, por parte de la unidad de seguridad ciudadana en la localidad cercana de Caudete, de un conductor marroquí que llevaba en su furgoneta 21 teléfonos sofisticados de cuyo origen no supo dar explicación. Quizás sus compinches pensaron que la cosa iba a quedar ahí, en la pérdida de los 20.000 euros que valía la mercancía y siguieron trasteando. Pero a los agentes les dio por seguir la pista de los datos de los móviles y dieron con un fraude de grandes dimensiones.

Para hacerse con los datos de los clientes se pusieron en contacto con varios empleados de call center ubicados en Perú y Colombia y les pagaron 50 euros por los datos de cada cliente. «Se trata de lo que cobra por tres meses un trabajador de estos países. Muchos de ellos son muy jóvenes y con hijos pequeños a su cargo y, además, estas actividades no son allí consideradas delito, así que muy raramente tienen consecuencias», señala uno de los investigadores, como recoge El Mundo.
Con los datos de los clientes, los miembros del clan de los rumanos, iban a locutorios de confianza para dar de alta teléfonos de prepago con una compañía de segunda línea, un requisito imprescindible para llamar a las grandes empresas de telefonía y dar el siguiente paso.

Además, los clanes se garantizaban la llegada de esos móviles sobornando a los mensajeros que las compañías utilizaban para hacer llegar los aparatos a su destino. De nuevo 60 euros por llevar cada móvil a la dirección convenida. 

El pasado enero, los agentes, al recibir las respuestas de algunas comisiones rogatorias que se pusieron en marcha hace meses, dieron por finalizada la investigación. En total, habían detenido, en varias fases, a 29 personas por la comisión de 634 hechos delictivos, y habían intervenido 10 vehículos, 305 teléfonos móviles, 425 tarjetas SIM y 34 tarjetas bancarias. Y habían bloqueado hasta 34 cuentas bancarias de la organización. Pero lo cierto es que, cuando esos últimos papeles llegaron al juzgado, todos los involucrados llevaban tiempo en libertad, siempre según El Mundo.