La mañana nos regala un último recorrido por las calles de Letur, mientras bajamos a cruzar el arroyo y nos internamos en las huertas que lo circundan. Avanzamos sin olvidar volver a veces la vista atrás para admirar la silueta del pueblo en las primeras luces del día. Poco a poco nos aproximamos a la barrera montañosa de la Sierra del Regalí, que ascendemos por su cara sur. Hacia el otro lado nos va sorprendiendo el impresionante paisaje, con el río Segura encajado al fondo del valle, rodeado de imponentes murallas y torreones rocosos. Las vistas desde el Mirador de Los Bancalicos no las olvidaremos fácilmente.
Tras el vertiginoso descenso hasta el río, nuestro camino gira a la izquierda y transcurre paralelo a sus aguas, encerrado en el desfiladero, mientras seguimos contemplando con admiración los peñascos del otro lado. Tras el rodeo de La Muela el terreno se abre hacia el Cortijo del Almazarán. Después de echar un último vistazo al grandioso relieve del que venimos, cruzamos el Segura y abandonamos la pista, torciendo a la izquierda. Nos espera un enmarañado tramo de monte bajo hasta enlazar con la Rambla de la Fuente de Pablo, tras cuyo entretenido ascenso llegamos a la cortijada de Las Tovillas.
Por caminos rodeados de vegetación y tierras de labor, y siguiendo casi hasta el final el trazado de la Rambla, vamos, en dirección Oeste, serpenteando y esquivando alguna valla, avanzando hacia nuestro destino. Finalmente, por el paraje y la casa de La Capellanía, y cruzando la carretera, alcanzamos el casco urbano de Peñarrubia, el Centro Social y la Posada.
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