España es uno de los países donde la pobreza infantil ha aumentado con dureza durante la crisis. De acuerdo con las estadísticas europeas, uno de cada tres niños de nuestro país (2,7 millones) viven en la pobreza o en riesgo de exclusión. El informe de Unicef calcula que los niveles de pobreza infantil han crecido un 28% entre 2008 y 2012.
En Castilla-La Mancha la situación no es menos alarmante y según informes que manejan entidades como Cáritas hay un 35% de población en riesgo de pobreza y un 33% de población infantil en esta temible situación como consecuencia de la crisis económica.
Estas organizaciones vienen advirtiendo que en nuestra ciudad, sin ir más lejos, hay niños que solo pueden hacer en condiciones la comida que obtienen en el centro escolar, mientras que muchos otros pueden comer gracias a la ayuda de entidades como el Banco de Alimentos. Para ello, estas organizaciones sin ánimo de lucro piden una lucha integral y con grandes esfuerzos.
No hay que obviar que España se sitúa en niveles alarmantes en algunos indicadores básicos de bienestar, como el número de jóvenes que no estudian ni pueden trabajar (casi uno de cada cinco), o la percepción que las propias familias tienen de su futuro.
