En agosto recordábamos que se cumplían 20 años desde que Toñi Santiago tuvo que aprender a vivir con el dolor más grande que se puede sufrir: el asesinato de su hija. Silvia, la niña de raíces en La Roda, a la que ETA mató en el atentado a la casa cuartel de Santa Pola con tan sólo seis años.
Desde entonces, su madre no ha dejado de pedir Justicia, condenas para los terroristas que mataron a inocentes como la pequeña Silvia, con un relato que estremece, cuando recuerda con dolor cómo tuvo que ver morir a su hija a la puerta del lugar donde vivían.
«No voy a parar en exigir justicia y en evitar que se pisoteen su memoria y su dignidad», ha recordado estos días Toñi Santiago, al cumplirse veinte años del atentado con un coche bomba en el que murió su pequeña.
En este jueves, 13 de octubre, se ha conocido la decisión de Interior de acercar al País Vasco a once etarras, entre ellos el asesino de la niña de Santa Pola, Andoni Otegi.
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Suma más de mil años de condena, según ha recordado la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), por delitos como el asesinato del concejal de UPN José Javier Múgica Astibia en 2001 y el cometido contra la casa-cuartel de Santa Pola en 2002, que acabo con las vidas de Cecilio Gallego Alaminos y la niña Silvia Martínez Santiago.
Otegi ingresó en prisión el 17 de octubre de 2008 y cumple una condena acumulada de 30 años por asesinatos, asesinatos en grado de tentativa, estragos, depósito de armas, robo y falsificación. Cumplirá las 3/4 partes de la condena en abril de 2031, según ha informado Instituciones Penitenciarias y recogen medios nacionales.
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La madre de Silvia considera que «no habrá justicia mientras quede una sola víctima» y no duda en repetir en la multitud de entrevistas que estos días salen en los medios nacionales que ella seguirá luchando para que esa justicia se haga. Para recordar la memoria de su hija, asesinada mientras jugaba en la calle, con seis años de edad.
Hace años, en una entrevista con este medio, ya señalaba que «en el juicio me giré y les pregunté en qué bando de ese conflicto estaba mi hija. Se rieron. Mi perdón no lo tienen, pero yo no quiero matarlos. Ni así volvería mi hija. Ni siquiera a ellos les deseo que pasen por lo que he tenido que pasar yo».
En ello seguirá, en clamar justicia por su hija y por las demás víctimas de la banda terrorista ETA.
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