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20.000 TAMBORES RUGEN YA EN HELLÍN

Sin duda, la Semana Santa de Hellín es mundialmente conocida por su Tamborada. Declarada de Interés Turístico Internacional y de Bien de Interés Cultural, esta fiesta religiosa aspira ahora a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, algo que podría ocurrir en pocos meses.

Pero mientras ese momento llega, lo importante ahora en Hellín son sus redobles, sus marchas heredadas de generación en generación, sus más de 20 000 tamborileros, con túnica negra y pañuelo rojo al cuello, tocando al unísono inmersos en un halo casi de misticismo y obcecación, que no cesará hasta Viernes Santo.

Para ellos  tocar el tambor es su vida, y durante estos días compartirán esta pasión en las más de 350 peñas que existen en Hellín, al mismo tiempo que se hermanan, como cada año, con más de una veintena de cofradías y hermandades con siglos de historia a sus espaldas, que sacarán a la calle auténticas joyas de la imaginería española.  Mientras, el tronar de los tambores, guardarán las calles de este municipio, hasta que llegue el amanecer del viernes en el Calvario, momento en el que callarán hasta el próximo año.

SILENCIO, PRESENTAMOS AL TAMBORILERO DEL AÑO

Este miércoles por la tarde ha tenido lugar el pistoletazo de salida al proclamar a su Tamborilero del año, un reconocimiento que ha recaído sobre el director de la película-documental Silencio, el hellinero Ismael Olivares, que con su filme está recorriendo toda España, e incluso la ha presentado ya en Nueva York.Este miércoles por la tarde ha tenido lugar el pistoletazo de salida al proclamar a su Tamborilero del año, un reconocimiento que ha recaído sobre el director de la película-documental Silencio, el hellinero Ismael Olivares, que con su filme está recorriendo toda España, e incluso la ha presentado ya en Nueva York.

“Es un reconocimiento para todo el equipo y para las más de trescientas personas que han hecho posible que la película saliera adelante, por lo que sólo puede tener palabras de agradecimiento”, reconocía el director poco antes de recoger el tambor, la túnica y el trofeo que le confieren el título de Tamborilero del año en Hellín.