Rommel firmó la victoria en la campaña 92-93
De las visitas del CD Tenerife al Carlos Belmonte, que han sido muchas, nos vamos a quedar hoy con la que se produjo en la temporada 92-93, con ambos equipos en un momento espectacular en su historia. El Albacete había llegado a la Primera División en 1991 y en la temporada 91-92 había logrado una gran sexta plaza, quedándose a un paso de clasificarse con la Copa de la UEFA. Floro se marchó al Real Madrid y la oportunidad llegó para un ilusionado Julián Rubio, que contó con la que para muchas ha sido la mejor plantilla del Alba en su historia. El Tenerife había pasado gran parte de su historia en Segunda y tras el ascenso en 1989 vivía sus mejores momentos, con Jorge Valdano en el banquillo. Concretamente esa temporada 92-93 en la que volvió a fastidiar al Real Madrid el título de liga en la última jornada, acabó en la quinta plaza, la mejor en su historia, y se clasificó por primera vez para la Copa de la UEFA.
El Albacete-Tenerife llegó en la quinta jornada, disputada el domingo 4 de octubre de 1992. No había arrancado bien el equipo de Julián Rubio, cuyo buen juego no se traducía en resultados. Tras las cuatro primeras jornadas no había sumado ningún punto, siendo colista con cuatro goles marcados y 12 encajados. El Tenerife ocupaba la 13ª plaza con 3 puntos, en una victoria, un empate y dos derrotas. Todavía la victoria sumaba dos puntos.
El Albacete formó ese día con: Unanua, Santi, Coco, Catali, Oliete, Zalazar, Chesa, Geli, Menéndez, Rommel Fernández y Pinilla. En la segunda parte entraron Antonio y el brasileño Antonio Carlos. La plantilla del Albacete también contaba con Balaguer, Corbalán, Julio Soler, Manolo, Sotero, Pedro Cordero, Sócrates Parri y Nenad Bjeliça, entre otros.
El Tenerife jugó con: Manolo,Toni, Paqui, Torrecilla, Fernando Redondo, Chemo del Solar, Alexis, Chano, Pizzi, Felipe Miñambres y Quique Estebaranz. En la segunda parte también jugaron Pier y Berges. En aquel Tenerife también estaban Ezequiel Castillo, César Gómez, Diego Latorre, Llorente y Dertycia, que luego jugaría en el Albacete.
El Albacete necesitaba ganar y jugó un partido sin brillantez, pero muy serio, mientras que el Tenerife estuvo algo conformista, lento en sus acercamientos al área manchega y con su estrella, Fernando Redondo, muy frío. Julián Rubio había introducido cambios, pasando al joven Santi al lateral derecho, poniendo a Geli más adelantado y metiendo a Catali como central. El Alba llevó el peso del partido, que tampoco tuvo muchas ocasiones. En la segunda parte hubo más de lo mismo y el partido parecía condenado al cero a cero, pero en el minuto 65 apareció la pierna del panameño Rommel Fernández, al que tenía mucho miedo un Tenerife que lo conocía muy bien. Chesa puso un balón larguísimo desde su propia área y en el forcejeo entre Chemo del Solar y Rommel, el panameño ganó la acción y metió el pie lo suficiente para batir a Manolo en su media salida. Estiró tanto la pierna Rommel que se lesionó en la acción y tuvo que ser sustituido. La lesión le hizo perderse el partido siguiente, el miércoles en el Camp Nou, donde el Albacete dio la campana al empatar un partido que iba perdiendo 3-0 a los 12 minutos de iniciarse el choque.
El Alba empezó a arrancar con esos puntos, pero la cosa no mejoró demasiado y Julián Rubio decidió tras la jornada 14 dejar el barco en manos de un Víctor Espárrago que, con sufrimiento y una promoción contra el Mallorca, logró salvar la categoría y mantener al Albacete en Primera División.