Partimos de la Pumarica y cruzamos el río de la Vega y la carretera CM-412 hacia el Cortijo de la Humildad. El cemento da paso a los caminos que rodean el imponente enclave de Riópar Viejo, antiguo núcleo principal de la villa, hoy restaurado, que cuenta con un castillo árabe y un olmo con una bonita leyenda.
Continuamos el ascenso por una pista en buen estado y enlazamos con una senda que pasa por el Cortijo de la Umbría y llega a la carretera AB-516 –la del Batán del Puerto-. Abandonamos el asfalto en el enlace con nuestro viejo conocido sendero GR-66 y continuamos entre pinos la subida hacia la cuerda de las Almenaras. Pasamos por el Cortijo de Miguel Serrano y rodeamos la Dehesa de las Almenaras por el Arroyo de los Endrinales. Un poco más arriba nos espera la Fuente del Pino de los Muchachos y el ascenso a la emblemática Almenara (1.796 m.). Desde la cumbre el panorama es espléndido: de frente, vemos ya las últimas formaciones de la Sierra de Alcaraz y, más allá, el inmenso llano.
Tras el primer tramo de descenso salimos del macizo hacia la Piedra del Grito, cruzamos el camino que va de Zapateros al Barrancazo y nos internamos en otro tramo del GR-66, llamado Sendero de los Serranos. Por el Collado de la Fuente Chamorra llegamos al desmejorado edificio de El Escorial, antiguo refugio usado por el CEA, y tomamos un camino que transcurre por la margen izquierda del río Alcaraz hasta su encuentro con el río del Barrancazo -en el cruce con la carretera CM-3216, que viene de Paterna-. Subimos una fuerte pendiente y ya estamos en la meseta de Vianos, planicie de más de 1.100 metros de altitud que separa la Sierra de Alcaraz del valle del río Guadalmena. Un último esfuerzo y entramos en las calles de la población, donde pasaremos la última noche de nuesta aventura.
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