Por Carlos Garrido
Su historia es de lo más sorprendente, puesto que viene del mundo del arbitraje. La conocemos íntegra a través de esta entrevista tan personal
Sergio Sánchez, un joven atleta de Albacete que ha logrado llegar a la Selección Española de Triatlón, ha recorrido un camino lleno de esfuerzo, sacrificio y superación. Con un pasado en el arbitraje de fútbol y un descubrimiento casi casual del triatlón, ha ido forjando una carrera llena de éxitos que lo han llevado a representar a su país en competiciones internacionales. En esta entrevista, Sergio nos comparte su experiencia, desde la sorpresa de recibir la noticia de su convocatoria hasta los retos que enfrenta en su día a día para compaginar estudios, entrenamientos y arbitraje. Además, nos habla de sus motivaciones, sus sueños y el apoyo fundamental de su familia, quienes lo han acompañado en cada paso de este fascinante viaje deportivo.
Sergio, enhorabuena por tu convocatoria con la Selección Española. ¿Cómo recibiste la noticia y qué sentiste al saber que estarás en el Campeonato de Europa?
Bueno, pues la noticia me sorprendió gratamente, no me lo esperaba y fue una alegría muy grande. Llamé a mi familia para contárselo y celebrarlo. Lo que sentí al saber que voy a estar en el Campeonato de Europa fue una alegría enorme al ver que todo el trabajo y esfuerzo tiene su recompensa: muchas horas de entrenamiento, mucha dedicación y preparación para cada carrera. Que se premie ese esfuerzo con lo más importante que hay, que es ser convocado con la selección de tu país… solo puedes sentir orgullo. Orgullo de representar a España en una competición internacional y dar el 100% por tu país y por toda tu gente y familia que están igual de orgullosos.
Vienes del mundo del arbitraje y descubriste el triatlón casi por casualidad. ¿Cómo fue ese cambio y cuándo te diste cuenta de que valías para esto?
Como comentas, vengo del mundo del arbitraje de fútbol desde hace ya 9 años. Es un deporte muy físico, donde tienes que estar en un estado de forma óptimo para competir y pasar las pruebas físicas a las que estamos sometidos los árbitros.
Al principio me costaba mucho adaptarme a los esfuerzos de carrera, porque aunque siempre había hecho deporte, no estaba acostumbrado a correr tanto. Con 15 años, cuando empecé como árbitro, busqué un preparador físico que me ayudara a superar las pruebas con más facilidad y a maximizar mi rendimiento en los partidos. Mejoré mucho físicamente, y con este preparador me di cuenta de que corría muy rápido, con ritmos similares a atletas federados de mi edad. Él me recomendó apuntarme a atletismo.
Probé sobre todo los 800m y 1500m, y los disfruté un montón. Conforme pasaban los años, seguía mejorando físicamente y hasta recibí una beca deportiva que me permitió compaginar estudios, carrera y arbitraje. Buscando nuevos retos, probé distancias más largas como el 10k y luego el triatlón, que me enganchó desde la primera competición, por los buenos resultados y por los entrenamientos. Desde entonces, hasta hoy.
Desde tu primer triatlón en Valencia no has dejado de crecer. ¿Cuál ha sido el momento que más te ha marcado hasta ahora?
Yo soy una persona muy familiar. Creo que la base de mis éxitos se debe a mi familia y a mi pareja, y al apoyo que me han dado siempre. Por eso, los recuerdos más bonitos que tengo en este deporte son cuando me han acompañado a las carreras, las han vivido conmigo. Me podría quedar con mi primer puesto en Valencia o cuando me acompañaron a la Copa del Rey de Triatlón.
¿Cómo estás preparando esta primera competición internacional en Pamplona y qué objetivos te marcas?
La estoy preparando buscando la mayor similitud posible en los entrenamientos a lo que me voy a encontrar en la carrera: entreno en aguas abiertas, y como se prevé frío, salgo a primera hora de la mañana, cuando aún no ha salido el sol y no hace calor. También preparo la altitud, ya que Pamplona está a 500 metros sobre el nivel del mar. No es mucho, pero no es el entorno típico de los triatlones al borde del mar.
Respecto a los objetivos, el principal es disfrutar de la experiencia y estar agradecido. Muchos deportistas no llegan a vivir algo así y es el sueño de cualquiera: representar a su país. Quiero aprender de los mejores triatletas, compartir con ellos y disfrutar. Pero también soy ambicioso: uno siempre sale a ganar. Lucharé por conseguir medalla, y nadie podrá decir que no me dejé la piel para lograrlo y dejar a España en lo más alto.
Además, quiero hacer una buena carrera porque el Campeonato del Mundo de Acuatlón va a ser en Pontevedra a finales de junio, y un buen resultado en Pamplona me puede acercar a estar ahí.
Compaginas estudios, entrenamientos y arbitraje. ¿Cómo es un día normal en tu vida y qué te motiva a seguir?
El día a día de un triatleta de alto nivel tiene algo en común: muchas horas de entrenamiento a la semana. La clave es una muy buena organización.
Mis días son bastante monótonos, te lo describo: me levanto a las 7:00, hago la primera sesión de entrenamiento (gimnasio o bici), luego voy a la universidad hasta la hora de comer. Después descanso un poco y a las 16:00 hago la segunda sesión (carrera o natación, depende del día). Suelo acabar sobre las 19:00 y me pongo a estudiar o hacer trabajos de la universidad y después ceno.
Los fines de semana cambian un poco: me voy de Murcia a Albacete para arbitrar, y desde ahí viajo a cualquier parte de Castilla-La Mancha. Si tengo carrera ese fin de semana, la organización se pacta con mi entrenador y el club a principio de temporada, señalando en rojo las competiciones importantes. Pero normalmente, los fines de semana trabajo como árbitro.
¿Qué me motiva? La ambición. Soy una persona muy ambiciosa, nunca me conformo. Siempre quiero más, una parte casi obsesiva. Cuando me marco un objetivo, trabajo duro para conseguirlo. La distancia entre una persona y su meta —ya sea deportiva, académica o personal— la marca la disciplina. Y yo soy una persona disciplinada. Esa ambición y esa disciplina son las que me hacen levantarme cada mañana con ganas de entrenar duro.
¿Qué mensaje te gustaría lanzar a quienes, como tú, sueñan con hacer algo grande en el deporte desde un entorno humilde?
Que lo intenten. Hay que intentarlo mil y una veces. Hay que luchar por los sueños. Imaginar y soñar no es malo: yo soñaba con verme con el tritraje de la Selección Española… y lo voy a conseguir.
Tienes que marcarte un objetivo realista, esforzarte y trabajar duro. No importa si fracasas por el camino. De los errores y las derrotas se aprende, y saber gestionarlas emocionalmente te hace crecer como persona y como deportista.
Y, sobre todo, apóyate en tu entorno. Ese es el pilar de nuestras vidas. No dejes de lado a tu familia, tus amigos o tu pareja por entrenar. Organízate. A veces tendrás que prescindir, pero no los apartes. Si no, cuando consigas tu sueño, no tendrás con quién compartirlo.
¿Tienes alguna figura que te inspire especialmente?
Sí. Quería decirte quién es mi ejemplo a seguir, mi persona de referencia, quien me ha guiado y en quien me he fijado para llegar hasta aquí.
No es ningún deportista. Son mis padres. Son mis personas favoritas y quienes más han luchado por sus dos hijos. De ellos he aprendido valores como la constancia y el esfuerzo que hace mi padre cada día trabajando muchas horas, y la organización, la fortaleza y la disciplina de mi madre. Juntos hacen el mejor equipo del mundo. Me han enseñado todo eso que he podido aplicar al deporte… y que claramente me ha servido mucho.