En estos tiempos en los que nos ha tocado vivir, donde la inmediatez en la comunicación es lo que marca nuestro devenir cotidiano, que alguien escriba una carta a otra persona es poco habitual, pero que el contenido de esa larga epístola de cuatro páginas salga publicado en la portada de uno de los periódicos españoles de mayor tirada, lo es todavía menos.
Porque no estamos hablando del ciberespacio, donde, al parecer, hay multitud de ojos electrónicos acechando lo que escribimos, lo que publicamos y casi lo que pensamos. No, en esta ocasión de lo que estamos hablando es de una carta escrita en papel y que Mariano Rajoy, nuestro presidente en funciones, que no funcionando, le ha remitido al presidente de la Comisión Europea, supongo que por canales diplomáticos o similares y que por aquellos azares del destino fue a parar a la mesa de redacción del diario El País, que no ha dudado en hacerla pública, de tal forma que ya no es solo el «Querido Jean Claude« quien ha podido leer entre líneas las verdaderas intenciones de Rajoy, si después del 26-J renueva el contrato de inquilinato de la Moncloa, ahora somos todos los españoles y españolas los que conocemos, que para la segunda mitad del año, Rajoy ha prometido estar dispuesto a «adoptar nuevas medidas.«
Nuevas medidas que no concreta, pero que no hace falta ser Rappel, para adivinar que de lo que está hablando es de nuevos recortes para atajar el «déficit excesivo» en el que ha incurrido España, eso sí, por culpa de «desvíos presupuestarios muy notables en las Comunidades Autónomas durante 2015″, no sea que piensen en Bruselas que Rajoy, Montoro o de Guindos, no saben lo que se llevan entre manos, aunque Aznar diga todo lo contrario cada vez que lo ponen un micrófono delante, por lo que si el PP vuelve a estar en condiciones de formar Gobierno después de las elecciones del puente de San Juan, más vale que nos vayamos preparando para hacerle un nuevo agujero al cinturón, porque a pesar de que el Ministro Margallo reconociera hace poco que «Nos hemos pasado cuatro pueblos con el tema de la austeridad», dando a entender un cambio de rumbo en la política económica del PP, mucho me temo que el quinto o el sexto pueblo se sobrepasará con la llegada del otoño, si Rajoy sigue paseándose por la Moncloa.
Esta es la realidad, mientras que el PP y Rajoy se comprometen ante los responsables europeos a nuevos recortes si ganan las elecciones, aquí, en casa, anuncian nuevas bajadas de impuestos, creación de empleo y cumplimiento del objetivo del déficit.
Y es que ya llueve sobre mojado, hace cuatro años anunciaron y prometieron en campaña empleo, recuperación y bienestar, para luego hacer todo lo contrario, eso sí, amparándose en la herencia recibida y echándole la culpa de todos los males del mundo a Zapatero y al PSOE, y ahora, aunque el escenario sea peor que entonces, porque además de la obligación de recortar 10.000 millones de €, está el tema de la multa de otros 2.100 millones por incumplimientos reiterados en el objetivo del déficit, las culpas van para las Comunidades Autónomas y al «contexto político complejo» que estamos atravesando en España.
Cualquier excusa es buena con tal de no reconocer que de buenos gestores nada de nada, que el austericidio al que nos han conducido ha tenido consecuencias negativas para nuestra económica, que la reforma laboral de la Ministra del Paro para lo único que ha servido es para precarizar el empleo y para comerse parte de la hucha de las pensiones, que las subidas de impuestos, los recortes salariales, los despidos de los profesionales de la Sanidad y la Educación, la pérdida de derechos y las estrecheces de los últimos años, para lo único que han servido ha sido para aumentar la deuda pública hasta el infinito y más allá, que diría Buzz Lightyear, y para cronificar el número de familias españolas que están riesgo de exclusión social y que viene a suponer un tercio de la población, ni más ni menos. Y estas, y no otras, son las credenciales con las que Rajoy y el PP se presentan a las próximas elecciones generales.
Y no son las únicas, a este rosario de incumplimientos electorales de los últimos años, se le une, no ya las sospechas más o menos fundadas sobre las oscuras prácticas con las que se ha venido financiando el PP durante los últimos años, sino las imputaciones reales y verdaderas que ya recaen sobre el partido que sostiene al gobierno, sobre financiación ilegal continuada durante años, que dio lugar a la proliferación de Cajas B en muchas de las sucursales que Génova 13 tiene repartidas por el país.
Y como no hay dos sin tres, ahora el Juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, le exige al Partido Popular el pago de 1,2 millones de € como responsable civil subsidiario en el caso de las obras realizadas en su sede nacional, y presuntamente pagadas con dinero de la famosa caja B, esa que todo el mundo niega que existiera, pero de la que todos echaban mano cuando pintaban bastos, por mucho que los actuales voceros del partido se hayan apresurado a decir, que este pago no responde a fallo judicial alguno y que no presupone práctica ilegal de ningún tipo, pero que como son respetuosos con la justicia pagarán, y esto es lo que más fastidia, por lo menos a mi, que encima nos tomen por tontos y nos intenten hacer comulgar con ruedas de molino en diferido, en directo, o en forma de simulación, me da igual.
Y después de todo esto, ¿aún te estás planteando si vas a volver a votar al Partido Popular el próximo 16 de Junio?, a que va a ser que no, ¿verdad?