Agentes del Destacamento de Fiscal y de Fronteras de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete han investigado a un vecino de Albacete, de 41 años de edad, como presunto autor de un delito contra la propiedad industrial, tras localizar un envío postal dirigido a su nombre que contenía 40 relojes de pulsera simulando marcas comerciales de alta gama.
Dentro de las funciones que tienen encomendadas los integrantes del Destacamento de Fiscal y de Fronteras de Benemérita albaceteña se encuentra el seguimiento y control de las mercancías en las diferentes empresas de paquetería. Fue en una de estas inspecciones cuando los agentes del Cuerpo localizaron un paquete que, por sus características, infundió sospechas de contener mercancía ilegal o falsificada y que podía vulnerar los derechos de propiedad industrial.
Tras la apertura del mismo, conforme a la legislación establecida, se pudo comprobar que en su interior se encontraban relojes de pulsera que carecían de cualquier tipo de documentación que acreditase su legítima procedencia.
Los 40 relojes, que imitaban al detalle los elementos y logotipos de varias marcas de reconocido prestigio y que pretendían introducirse en el mercado ilícito, podrían haber supuesto un fraude cercano a los 240.000 euros.
Informes periciales de las marcas afectadas
Tras la aprehensión de la mercancía, los agentes del Destacamento Fiscal y Fronteras han establecido los contactos oportunos con los representantes oficiales de las marcas afectadas, quienes, tras recibir la información de la actuación
practicada, se personarán como parte del proceso presentando los correspondientes informes periciales de análisis confirmando la falsificación de los relojes.
Las diligencias instruidas por un delito contra la propiedad industrial, tipificado en el artículo 274 del Código Penal, junto con los efectos intervenidos, fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción Nº UNO de Albacete, que ha entendido de las actuaciones.
La Guardia Civil subraya la importancia de estas actuaciones para proteger los derechos de las marcas, evitar el comercio ilícito y garantizar la seguridad de los consumidores, especialmente en mercadillos y eventos como las fiestas populares de las distintas localidades de la provincia, donde la distribución de productos falsificados puede proliferar.