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Alba Redondo sigue haciendo historia con la Selección, ganan la Liga de las Naciones

Tras su brillante victoria ante Alemania, la Selección ha escrito este 2 de diciembre una nueva página dorada en su historia con la consecución de su segunda Nations League, un hito sin precedentes en Europa. Alba Redondo estaba entre los convocados.

En una noche para siempre, España, la mejor España, conquistó el cielo de Madrid, algo indescriptible lo vivido en el Metropolitano. La Selección femenina, ante los ojos del rey Felipe VI, recuperó las llaves del paraíso y vuelve a instalarse ahí, feliz con su corona de la UEFA Women’s Nations League. Se la puso en febrero de 2024 en La Cartuja y lo vuelve a hacer ahora con una exhibición para el recuerdo, una goleada ante la todopoderosa Alemania (3-0) para hacer buenas las tablas de la ida (0-0). El equipo de Sonia Bermúdez, que estrena su palmarés con la absoluta, confirma que no hay otro igual, líder del ranking FIFA y otra vez campeón continental. Qué sensación tan bonita.

Ante un escenario magnífico, disparado el récord de asistencia hasta una cifra inimaginable no hace tanto tiempo (55.843 espectadores), España fue mucho más reconocible y fiable que el viernes. Después del encomiable ejercicio de supervivencia de Kaiserlautern, el combinado nacional entendió que la final de la final pasaba por hacerse con la pelota y manejarla como sabe, no hay equipo que lo haga mejor. Más viva, más intensa y más enérgica, con el calor de una afición volcada que combatió al termómetro con su aliento, la Selección por fin se sintió protagonista ante Alemania, que asumió muchos menos riesgos en el segundo combate. Eso sí, jamás conviene fiarse de un enemigo tan poderoso como el germano.

Fue tan buena la puesta en escena que España tuvo una ocasión clarísima a los cinco minutos. En un ataque vertical, Clàudia Pina dejó a Esther sola ante Berger, pero la delantera, en el mano a mano, cruzó demasiado el balón, que salió lamiendo el palo. Un aviso muy serio para empezar, un mensaje ambicioso para recordar que este equipo no ha perdido las ganas de vencer.

Mantuvo la Selección esa inercia positiva, control absoluto y máxima atención para frenar las embestidas alemanas. No generaban demasiado peligro las visitantes, pero se palpaba la tensión cada vez que asomaban por la zona de tres cuartos. Por si acaso, Cata Coll se mostraba muy segura cada vez que le probaban.

Iba a más el dominio de España y pasó a tener unos minutos de arrebato justo antes del descanso, difícil de entender que no abriera la cuenta con las numerosas oportunidades de las que dispuso. Mariona, en el 38, remató desviado un centro de Pina. Vicky López, ya en el 45, lo intentó con un zurdazo que se perdió por poco y otra vez Mariona, precisamente después de una asistencia de Vicky, tuvo la más clara, pero Berger le cerró la puerta con una muy buena intervención. Pese a todos los esfuerzos, el marcador no se movía y para colmo el combinado nacional se fue con el susto en el cuerpo porque Anyomi se plantó sola ante Cata en el 48 y no marcó por un pelo. En cualquier caso, fue una acción aislada.

Las sensaciones eran totalmente opuestas a las del partido de ida, nada que ver. Apretaba muchísimo el Metropolitano y se animaban las internacionales por inercia, una gozada disfrutar de noches así, un inmenso orgullo llenar las gradas de un estadio tan majestuoso. El equipo se gustaba y solo faltaba cumplir con la asignatura del gol, nada que reprochar. Paso por la caseta, ajustar conceptos, refrescar las piernas y a seguir.

Se mantuvo la tónica en los primeros compases, España a lo suyo sin salirse del guion y a esperar su momento. Y llegó a la hora de partido, una espera que valió la pena por todo lo que llegó después. Clàudia Pina, quién si no, se inventó una jugada genial, combinó con Mariona y terminó estrenando, por fin, el marcador del Metropolitano. Fiesta desatada en Madrid, pero quedaba más, quedaba mucho más.

Porque ese gol catapultó a una Selección efervescente. Movió ficha el técnico alemán buscando una reacción inmediata, pero con lo que no contaba Alemania era con la aparición celestial con Vicky López, 19 años y un talento infinito. La madrileña, ante su gente, se sacó un zurdazo desde la frontal para poner el 2-0 y, de paso, a la afición en pie y entregada coreando su nombre, un golazo para confirmar que ahí hay una jugadora de época. El 2-0 dejaba a España a un solo pasito de otro título.

Quedaba gestionar la situación y hacer buena esa ventaja, pero la Selección no iba a renunciar al ataque. Vio a Alemania noqueada, sin recursos y apenas sin aire, y Pina, una depredadora, se invento el tercero con un latigazo desde fuera del área en el minuto 74, su octava diana en esta Nations. España, ya sí, disfrutaba de lo lindo de una noche para el recuerdo.

El epílogo fue placentero, bravo por España. Estaba el trabajo hecho y correspondió a la grada con un partidazo y tres golazos, preciosos todos. Siguen llegando los éxitos y, lo mejor, hay equipo para rato, hay equipazo.