El alumno que finalice Bachillerato este curso deberá obtener una calificación igual o superior a 4 puntos en la evaluación final de esos estudios para que cuente en los procedimientos de acceso a la Universidad, tal y como aparece reflejado en el borrador de orden ministerial que responsables del Ministerio de Educación tratarán hoy con los de las comunidades en una reunión técnica.
Esa orden determinará las características, el diseño y contenido de las nuevas evaluaciones finales de ESO y Bachillerato previstas por la Lomce.
Esas pruebas comienzan a aplicarse este mismo curso, pero solo tendrán validez académica a partir del 2017-2018, esto es, será necesario superarlas desde entonces para obtener los títulos correspondientes.
Sin embargo, la de Bachillerato contará ya desde este curso (2016-2017) para los alumnos que quieran acceder a la Universidad, pues ha desaparecido la Selectividad.
La calificación para el acceso a estudios universitarios se calculará ponderando un 40 % la calificación de la evaluación final y un 60 % la nota del Bachillerato.
Se entenderá que se reúnen los requisitos de acceso a la Universidad cuando el resultado de esta ponderación sea igual o superior a 5 puntos.
El borrador también incluye las denominadas «matrices de especificaciones», que determina el peso o porcentaje que corresponde a cada uno de los bloques de contenidos establecidos para las materias objeto de evaluación.
Igualmente, las «matrices de especificaciones» establecen la concreción de los estándares de aprendizaje evaluables asociados a cada uno de los bloques de contenidos que se evalúan y cuya superación se considera esencial para que el alumnado acredite un dominio básico de la materia de la que se evalúa.
Se realizará una prueba por cada una de las materias objeto de evaluación en la etapa correspondiente, que constará de un número mínimo de 2 y un máximo de 15 preguntas.
Las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato tendrán una duración de un máximo de cuatro días, que pueden ser cinco en las comunidades con lengua cooficial.
Cada una de las pruebas de la evaluación final de Educación Secundaria Obligatoria durará 60 minutos, con descansos entre ellas, y las pruebas de la evaluación final de Bachillerato, 90 minutos.
En las evaluaciones finales de ESO y de Bachillerato se aplicará un cuestionario anónimo de contexto dirigido al alumnado que realice las evaluaciones.
Las pruebas de la evaluación final de Educación Secundaria Obligatoria del curso 2016-2017 se harán en una sola convocatoria, antes del 24 de junio; las de Bachillerato correspondientes a la convocatoria ordinaria de este mismo curso, antes del 10 de junio, y las extraordinarias, antes del 8 de julio o del 9 de septiembre.
LA OPINIÓN DE LA JUNTA
El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, se ha reafirmado en la oposición a cualquier prueba de final de etapa educativa y ha exigido al Gobierno que retire la prueba final de Bachillerato (la conocida, popularmente, como reválida) y establezca una prueba única de acceso a la Universidad que tenga validez en todo el Estado, semejante a la selectividad.
En este sentido, ha exigido que esta prueba de selectividad, que están pidiendo no solo las comunidades autónomas sino también los directores generales de universidades, conste solamente de las materias troncales de segundo de Bachillerato, como ocurría hasta ahora.
Asimismo, el consejero ha mostrado la preocupación del Gobierno regional por el desconcierto que existe en la comunidad educativa ante la inmediatez de las pruebas de acceso a estudios universitarios y ha calificado de irresponsabilidad del Gobierno central que los alumnos aún no sepan cómo se va a celebrar la prueba de acceso a la Universidad” dentro de muy pocos meses.
Necesidad de paralizar aspectos segregadores de la LOMCE
Ángel Felpeto ha reiterado la necesidad de “paralizar aspectos segregadores de la LOMCE, tales como que el alumnado de FP básica no tenga acceso a la titulación o que los alumnos que están en diversificación curricular tengan también una prueba diferenciada para la ESO.
Además, ha adelantado que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha se va a exigir que progresivamente se recupere el gasto público de Educación, concretamente la inversión correspondiente al año 2009-2010, para lo cual es preciso que se derogue el decreto de racionalización del gasto público.
Felpeto ha concluido mostrando la disposición del Gobierno regional para abrir espacios de reflexión que “nos acerquen a un posible Pacto social y político sobre la Educación”, y que se apliquen medidas previamente en la LOMCE que eliminen todos los aspectos de segregación de alumnos tanto en primaria como en secundaria”.