
El pueblo conquense de Casimarro, en la ‘frontera’ con la provincia de Albacete, es noticia nacional por no poder superar la división tras la Guerra Civil. Lo cuenta el periódico El País, en un artículo en el que indica que, hace un par de semanas, Andrés Fernández, concejal de Ahora Casimarro (el único de una formación local vinculada a Podemos) propuso colocar en el parque una placa en recuerdo de Ángel Rodríguez. Pero el alcalde y los ocho concejales de los que dispone el PP de la localidad, se opusieron. Alegó el edil en un comunicado escrito que la colocación de la placa “podía herir sensibilidades” en el pueblo. De nuevo los fantasmas nunca eliminados.
¿Podría herir sensibilidades? “Pues sí. Porque aquí fusilaron a 19 personas de derechas y no tienen ninguna placa. ¿Por qué a este sí y a ellos no? Es volver a los bandos”. Dice un vecino al citado diario nacional.
La pregunta de Pepe se traslada a José Luis, el hermano de Ángel, y es claro en su respuesta: “La placa a mi hermano no es por ser de izquierdas, es por ser un demócrata víctima del terrorismo. Tenemos que estar todos unidos contra las víctimas del terrorismo, me da igual que sean de derechas o de izquierdas”. Después saca un folio en el que se puede leer el discurso que pronunció cuando inauguraron el parque. “¿Ves? —señala con el dedo sobre el folio—. Aquí hablé de Miguel Ángel Blanco. A mí me da igual que fuera del PP, primero de todo fue una víctima del terrorismo”.
