El próximo mes de Mayo se cumplirán dos años desde las últimas Elecciones Municipales, tiempo más que suficiente para que los grupos municipales de nuestro Consistorio se hayan consolidado en la labor que la ciudadanía les encomendó, e incluso para que alguno se haya fragmentado, por lo que no es descabellado echar la vista atrás y recapitular lo acontecido hasta la fecha.
El voto ciudadano quiso que la representación política quedase muy fragmentada, pero como siempre hay alguien a quien le gusta rizar el rizo, los ‘ciudadanos’ de Rivera le dieron el dos a Pedro Soriano a las primeras de cambio por un quítame allá esas pajas y donde había cuatro grupos pasaron a ser cinco, bueno cuatro grupos y Pedro, para ser exactos.
Este muchacho, que se autodefinió en su día como concejal de los vecinos, visto el desarrollo que lleva con el paso de los meses, también se podía haber calificado como concejal de las ocurrencias, porque ideas, lo que se dice ideas más bien pocas, y eso siendo generoso. La bisoñez y la falta de experiencia se pueden corregir con esfuerzo, trabajo y dedicación, pero la torpeza es más difícil de ocultar. Por eso, desde su visión miope de la política, se deja aconsejar y querer por quienes le han hecho creer que destacará sobre el resto si arremete a diestro y siniestro contra tirios y troyanos, y a ello se dedica día y noche, con tanto ahínco como poco éxito, y es que ya se sabe que “lo que natura no da, Salamanca no presta”, por mucho que abogados y empresarios manufactureros se empeñen en lo contrario.
Con su marcha al grupo de los no adscritos, su grupo de origen, Ciudadanos, perdió un cuarto de sus efectivos, dejando de ser un cuarteto para convertirse en un trío, al parecer bien avenido con Diputada Provincial incluida. Tras su último Congreso, los Rivera’s boys&girls borraron de su línea programática la socialdemocracia para echarse en brazos del liberalismo progresista, además de autocalificarse como demócratas y constitucionalistas.
Si bien estos dos últimos atributos se le suponen a cualquier partido político del arco parlamentario, como se le suponía el valor en la mili a los soldados de reemplazo, eso de mezclar liberal con progresista en la misma frase, para mí es un oxímoron en toda regla difícil de entender y comprender, personalmente, no creo que se pueda defender, a la vez y con el mismo ahínco, los derechos fundamentales de los individuos y los de la colectividad, y así les pasa les pasa muchas veces, que no se sabe si vienen o si van… Y el tiempo pasa, que cantaba Pablo Milanés, de tal forma que puede que acabe el actual mandato corporativo sin que hayan sido capaces de encontrar su sitio en el entramado municipal
La coalición electoral Ganemos Albacete aportó a la salsa municipal cinco concejales, cinco hombres y mujeres que levantaron muchas expectativas al inicio de esta andadura y así siguen, a la expectativa.
En su día, escribí que me temía que Izquierda Unida perdería peso en esa confluencia, aunque en su conjunto tuvieran más concejales. Desde luego, no seré yo quien dude de la importancia que Izquierda Unida ha tenido en el devenir político español y albaceteño, pero sí que dudo, y mucho, de la aportación del resto de componentes de la coalición Ganemos Albacete, y para ejemplo bien vale un botón, no se puede apretar las tuercas a los empresarios de la hostelería cuando se está redactando la ordenanza de terrazas y semanas después ponerse del lado de estos mismos porque la ordenanza no ha entrado aún en vigor. A su acción política algunos ya la han bautizado, con tanto acierto como mala idea, como ‘El Péndulo de Zuckerberg’, pues oscila en función del post que suben a Facebook. En mi modesta opinión, el péndulo solo para los relojes, y no siempre, porque si siguen jugando a ser la oposición de la oposición puede ser que no lleguen a ver más allá de sus propias siglas, y entonces vendrán las madres mías.
Por el contrario, en el imaginario ciudadano se ha instalado la idea de que es el Grupo Municipal Socialista el que marca la agenda política municipal. Pleno tras Pleno se debaten y aprueban propuestas socialistas tendentes a mejorar la vida de los vecinos y vecinas de la ciudad de Albacete, propuestas a las que se agarra nuestro querido alcalde, tan hierático él, como a un clavo ardiendo para aparentar que hay algo o alguien en Albacete que le importa más que su partido o su cargo y no necesariamente por ese orden.
Y digo aparentar, sabiendo lo que digo, porque tenemos un alcalde que vive de las apariencias. Aparenta que trabaja, aparenta que se preocupa y aparenta que gobierna, cuando la realidad es que por el Ayuntamiento se le ve más bien poco, preocupaciones tiene las justas, por decir algo y gobernar todos sabemos que no gobierna, por mucha vara de mando que pasee en la Cabalgata de Feria.
Habrá quien piense que mi visión puede ser demasiado subjetiva, pero tú y yo sabemos, querido lector, que la ciudad no se merece tener un concejal como Pedro Soriano al que son demasiados ya los atributos, vinculados a su cargo y su responsabilidad, los que le vienen grandes, como tampoco se merece tener un alcalde mucho más preocupado y ocupado en que no le muevan la silla, que en procurarle algo de optimismo a los parados y paradas de nuestra ciudad y a aquellos y aquellas que la dichosa crisis ha dejado en la cuneta. Tiempo tenemos por delante para evaluar el trabajo de unos y otros de cara a una próxima cita electoral, y cuando digo trabajo no me estoy refiriendo a ir al Ayuntamiento a ver qué pasa, sino a preocuparse por las personas que te han puesto allí. ¿Qué menos, verdad?
P.D. Felicidades al Alba, rememorar aquello de “Gol en Las Gaunas” cuatro veces en la misma tarde y traerse para casa los tres puntos tiene su aquel.