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Hacer palomitas y otros trabajos peligrosos para la salud

Trabajar en el proceso de producción de las palomitas de maíz industriales supone un importante riesgo para la salud. Tanto, que esta profesión aparece en la última revisión publicada en la revista científica The Lancet como una de las nuevas vías de exposición a elementos que generan enfermedades pulmonares vinculadas al trabajo. 

También los empleados que trabajan en procesos de fracking o en fábricas de pantallas de cristal líquido corren riesgo de padecer dolencias respiratorias, según la citada publicación.

Más de una decena de centros de investigación internacionales han participado en la revisión científica que pone el foco en las patologías respiratorias vinculadas al trabajo.

Explican que las palomitas pasan por un procesado industrial para darle un sabor concreto y facilitar su conservación. En ese proceso, algunas fábricas emplean un condimento, el diacetil, para darle un sabor más mantecado a las palomitas. 

Para el comensal, este aderezo no supone, ni mucho menos, ningún riesgo para la salud, pero en el entorno del proceso industrial, donde se aplica este condimento a altas temperaturas, “el diacetil se evapora, se inhala y puede afectar a los bronquios”. El estudio cita un caso reportado en el año 2000 con ocho trabajadores de una fábrica de Missouri (EE UU) diagnosticados de bronquiolitis obliterante (una infección en los bronquios más pequeños). También se detectaron casos similares en fábricas de producción de la mezcla seca de panadería y en compañías de chocolate, patatas fritas y galletas.

La controvertida técnica de extracción de la fractura hidráulica (fracking), que consiste en aflorar gas y petróleo del subsuelo tras destruir la roca madre mediante agua y productos químicos a presión, también ha generado enfermedades en algunos trabajadores. 

Decolorar tejidos para fabricar tejanos también es otra práctica más arriesgada de lo que parece. Los expertos señalan que algunas fábricas emplean un chorro de arena que provoca partículas volátiles que los trabajadores pueden inhalar

Este sistema de decoloración (sandblasting, en inglés) está prohibido en muchas compañías pero todavía se utiliza en fábricas de China, Bangladesh y Pakistan donde, señala el estudio, no hay visos de que se vaya a prohibir próximamente.

En la fabricación de pantallas de cristal líquido, empleadas en muchos dispositivos electrónicos, los trabajadores están expuestos al óxido de indio, un componente que en 2003 se asoció por primera vez con un caso de enfermedad pulmonar intersticial (los tejidos pulmonares se inflaman y se dañan). 

Los investigadores también han repasado el impacto en la salud de viejos conocidos, como el amianto (también llamado asbesto), un material que se utilizó durante buena parte del siglo XX como material de construcción para cubrir edificios y montar tuberías y tejados. 

Aunque ya desde los años 40 se sabe de sus riesgos para la salud, la Unión Europea no vetó totalmente su utilización hasta 2005. En España se prohibió en 2002.