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¿Para qué sirve Podemos?

Esa pregunta, o alguna similar, es la que se hacen un buen número de los dos millones de castellano-manchegos que pululamos por aquí, a resultas de la votación de los Presupuestos Regionales para este año, porque si a los quince diputados y diputadas socialistas se les quedó cara de póker cuando escucharon a los dos diputados de Podemos votar que NO, no veas la cara que le quedará a la sufrida ciudadanía cundo caiga en la cuenta de que gracias a ese NO se quedarán sin el Plan de Renta Garantizada.

Pero las desgracias nunca vienen solas, también los funcionarios de la Junta sufrirán con ese NO la pérdida de un incremento salarial del 1,5% y los futuros opositores seguirán esperando inútilmente ver publicadas en el Diario Oficial la esperada convocatoria de oposiciones. Como, casi con total seguridad, se les quedará cara de póker a los cientos de padres y madres que seguirán llevando a sus hijos e hijas a barracones para que estudien; a los docentes universitarios cuando se percaten de que ese NO también es un NO a las Universidades Regionales; a los profesionales y usuarios de la sanidad albaceteña cuando veamos paralizadas las obras de remodelación del Hospital General Universitario y tengamos que seguir utilizando los mismos medios materiales de hace veinte años, porque ha quedado paralizada la renovación tecnológica sanitaria; a los miles de conductores que verán cómo quedan paralizadas, una vez más, las obras de la autovía que nos unirá con Linares; a los autónomos que verán frenado en seco el Plan de Autoempleo o a los parados y paradas de más de cincuenta y cinco años que verán frustrada su oportunidad de alcanzar una jubilación digna; o a los cientos y cientos de jóvenes que no van a poder volver a la tierra que les vio nacer o a las mujeres víctimas de la violencia de género, que verán reducidos los fondos destinados a la prevención de esta lacra, y todo ello porque según nos dicen, Podemos ha venido a cambiar la política. Pues bonito cambio, sí señor.

Con el disparate del pasado viernes, los dos diputados regionales podemitas han quedado retratados, y además de muy de malas formas, porque resulta muy difícil entender cómo es posible que el 23 de Enero de este mismo año comparecieran junto al consejero del ramo para presentar las cuentas regionales, dando a entender con su presencia que estaban de acuerdo con lo que en ellas se contenía, que después argumentasen con la vehemencia que les caracteriza su NO a la enmienda a la totalidad presentada por el Partido Popular, dando validez a los números presentados por el Gobierno y escasos días después y por un quítame allá esas pajas, se amparen en aquello de “donde dije digo, digo Diego” para cambiar de opinión y quedarse tan panchos, presumiendo de haberle dado un mal día al PSOE, cuando el mal día se lo han dado, entre otras muchas, a todas aquellas personas que de buena fe confiaron en Podemos dándoles su voto, y que ahora, dos años después, lo que han recibido a cambio es un NO que no conduce a ningún sitio y que lo único que siembra es desesperación e incertidumbre en aquellos a los que dicen defender con esta nueva forma de hacer política.

Personalmente, creo que lo subyace detrás de ese incomprensible NO es la convocatoria del congreso regional de Podemos del próximo mes de mayo, donde las dos candidaturas que se jugarán la Secretaría General están encabezadas por cada uno de los dos diputados regionales, y como hay que arengar a la militancia para atraer apoyos, pues oye, votamos que no a las cuentas regionales, nos sacamos de la chistera una explicación, no importa lo peregrina que sea, para justificar ese cambio de parecer  después de haberlas pactado, incluso las enmiendas que iban a presentar, y si como consecuencia de ello le hacemos la puñeta a unos cuantos cientos de miles de personas, pues nada, las calificamos de daños colaterales y ya está, asunto concluido. Curioso, ¿No?

De ahí que el título de este modesto artículo no vaya del todo desencaminado, porque del Partido Popular ya sabemos todo lo que se puede esperar, no en vano aún estamos recobrándonos del tsunami Cospedal que arrasó la Región en sus años de gobierno, pero de los nuevos partidos lo último que se podía esperar es que a las primeras de cambio falten a su palabra de forma tan flagrante y que no conformes con ello, aún se permitan el lujo de echar las culpas a los demás, y todo por el 0,05% del total del Presupuesto regional, vamos que si con el otro 99,95% estaban de acuerdo, ¿A santo de qué viene tanto escándalo?, si no es porque en lo que están pensando no es en la ciudadanía, sino en ellos mismos. El uno, porque pretende seguir siendo el secretario general y el otro, porque cree llegado el momento de ser él. ¡Bienvenidos a la nueva política!

La pregunta es obvia, ¿Para qué le sirve a la ciudadanía un partido político cuyos dirigentes están más pendientes de ayudarse a sí mismos que a los demás, que anteponen sus propios intereses a los de la colectividad, que están más pendientes de mantener sus propios estatus que en trabajar por corregir desigualdades, en definitiva, que son capaces de sacrificar a los más débiles con tal de resultar victoriosos de su proceso electoral interno?

Si Podemos vino a Castilla-la Mancha a cambiar la forma de hacer política y esa forma supone dejar en la cuneta a los que menos tienen y por lo tanto los que  más dependen de los presupuestos regionales, más vale que se hubieran quedado en otro sitio.

Aviso a navegantes, puede que a los diputados y dirigentes de Podemos les pase lo que al Alba, que desde que su presidente abrió la boca para despotricar contra tirios y troyanos el equipo no gana un punto ni echando a la tómbola. Pues eso.