El Observatorio de Bioseguridad, constituido por SATSE y el Consejo General de Enfermería (CGE), en el marco de la Mesa de la Profesión Enfermera, ha realizado un pormenorizado estudio, que comenzó el pasado año y que ha culminado con la elaboración del “1º Informe sobre el estado de situación e implantación de la bioseguridad en el Sistema Nacional de Salud” y del que se desprenden una serie de datos reveladores sobre la implantación y el cumplimiento de las normas que regulan el manejo del material corto-punzante en el Sistema Sanitario, así como de los accidentes biológico producidos tanto en hospitales como en centros de salud.
En el caso de Castilla-La Mancha este estudio se ha realizado en seis hospitales y seis centros de salud de la región, a través de un cuestionario on-line realizado a los profesionales de la Enfermería del 19 de mayo al 7 de junio de 2016; para ello el Observatorio ha constituido un grupo llamado “enfermeros/as centinelas”, seleccionados entre los delegados de prevención del Sindicato SATSE en cada Comunidad Autónoma.
En Castilla-La Mancha, en los últimos tres años, en el 100% de los centros de salud y hospitales consultados, se han producido accidentes biológicos entre los enfermeros y enfermeras en su centro de trabajo, estos accidentes se entienden como pinchazos, cortes o salpicaduras.
Asimismo, el porcentaje de centros en los que se han producido accidentes por instrumental corto-punzante en los últimos tres años asciende al 83,3% en Castilla-La Mancha, tanto en hospitales como en centros de salud. Además, también en el 83,3% de las distintas áreas –urgencias, quirófanos, hospitalización, cuidados críticos y resto de áreas- se han producido este tipo de accidentes.
En este mismo punto el estudio especifica que en los hospitales de Castilla-La Mancha se han producido, entre 2013 y 2015 un total de 933 accidentes por instrumental corto-punzante; y en los centros de salud de la región se han producido un total de 42 accidentes en el mismo periodo referido.
Sistemas de vigilancia
Respecto a los sistema de vigilancia epidemiológica de accidentes biológicos, en Castilla-La Mancha hay datos satisfactorios, ya que en el 83,3% de los hospitales y centros de salud el servicio de prevención de los centros ha implantado un sistema específico de vigilancia epidemiológica de accidentes biológicos que ha permitido realizar un seguimiento completo sobre aquellos trabajadores sanitarios que han sufrido un accidente biológico (por pinchazos, cortes o salpicaduras).
Además en el 80% de los centros consideran que este sistema de vigilancia está bien desarrollado y en el 90% de los centros consideran que este sistema de vigilancia se sigue activamente por los profesionales del centro.
Ébola y hepatitis
Respecto a los equipos de protección frente al Ébola, en Castilla-La Mancha el 66,7% de los centros ha puesto a disposición de las enfermeras equipos de protección individual frente a este virus; además, el 62,5% de los centros proporciona equipos de protección que reúnen las especificaciones de seguridad contenidas en el documento técnico sobre “uso seguro de los equipos de protección personal” elaborado por el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades.
Asimismo, el 75% de los profesionales de Enfermería consultados en nuestra región considera que los equipos de protección individual son insuficientes.
En cuanto a la formación dada a los profesionales sobre el virus del Ébola, en Castilla-La Mancha, el 75% de las enfermeras consultadas considera que sólo algunas de ellas han recibido formación teórico-práctica acreditada, supervisada, sistemática y evaluada. Además, el 58,3% considera que la formación recibida ha sido regular, el 25% considera que ha sido mala o muy mala y el 16,7% cree que esta formación ha sido buena o muy buena.
Finalmente, respecto a la vacunación frente a la hepatitis B, el 58,3% de los profesionales de Enfermería considera que todos los profesionales sanitarios de su centro han sido vacunados frente a la hepatitis B y el 16,7% considera que sólo se ha vacunado a “algunos”.
Además, el 75% de las enfermeras considera que la mayoría de los trabajadores sanitarios han sido informados por el servicio de prevención de su centro respecto a los beneficios que supone la vacunación de la hepatitis B.
Datos nacionales
El estudio se ha realizado en un total de 144 hospitales y centros de salud de todo el territorio nacional y concluye que existe una considerable infradeclaración. El 32% de los accidentes biológicos ocurridos en los hospitales y el 24% en los centros de salud no se declara ante el servicio de prevención. Ello eleva de forma sustancial la cifra real de accidentalidad por pinchazo, corte o salpicadura, respecto de los accidentes efectivamente registrados. “Este hallazgo, detectado por el estudio presentado hoy, pone de manifiesto el incumplimiento de la normativa vigente sobre bioseguridad sanitaria, con el consecuente riesgo para la salud de los enfermeros”, afirma la Mesa de la Profesión Enfermera.
Como explicaba Manuel Cascos, presidente de SATSE, “las lesiones pon pinchazo accidental son el principal riesgo para la enfermería, pues favorecen el contagio de más de 20 virus, que incluyen el VIH, así como la hepatitis B o C”.
Para la Mesa de la Profesión Enfermera, “hay dos elementos muy importantes que pueden influir significativamente en este aumento de la accidentalidad. Por un lado, la falta de evaluación específica de riesgos laborales, y, por otro, la ausencia de formación acreditada en materia preventiva a los propios profesionales” a lo que suma la sobrecarga asistencial. De hecho, el 35,4% de los centros no cuenta con un procedimiento de trabajo seguro, que considere las condiciones laborales de las enfermeras (sobrecarga, dotación de personal, factores psicosociales, etc.).