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Vintage del Albacete-Numancia 01/02: Una victoria con permiso para soñar

El CD Numancia es la bestia negra del Albacete, por lo menos en los últimos años, en los que siempre se ha llevado la victoria del Carlo Belmonte y esas derrotas han traído consecuencias para el equipo manchego en forma de destitución de técnicos en un par de ocasiones. Lo cierto es que el Numancia ha ganado en sus seis últimas visitas y para encontrar algún triunfo manchego hay que remontarse a los primeros años del siglo XXI. En estos Vintages ya hablamos del 3-1 de la temporada 2002-03 con César Ferrando que acabó con el ascenso de Albacete a Primera. Hoy nos vamos a remontar a una temporada antes, en la 2001-02, en la que curiosamente se produjo el mismo resultado, 3-1, y la victoria, en la jornada 27, otorgó al Albacete el permiso para soñar con un ascenso que aún tardaría un año en producirse.

Aquella temporada 2001-02 el Albacete había confiado para el banquillo con Paco Herrera y se había firmado a una serie de jugadores que luego sería claves la temporada siguiente, como Jesús Perera, Óscar Montiel o el argentino Duré. Antes, Julián Rubio había sentado las bases salvando la situación en un momento muy delicado en lo económico y haciendo crecer deportivamente al equipo a pesar de las penurias que se tuvieron que soportar durante el cambio de siglo.

A la jornada 27 el Albacete llegó octavo en la clasificación con 37 puntos, bastante alejado del intratable Atlético de Madrid, que lideraba la tabla con 53 puntos, pero sólo siete menos que el tercer clasificado, el Recreativo de Huelva con 44. Por su parte el Numancia no atravesaba su mejor momento. El equipo soriano estaba demasiado cerca de la zona de descenso, quinto por la cola con sólo dos puntos más que el Murcia, primero de los cuatro que ocupaban la parte baja de la tabla.

El Numancia estaba entrenado entonces por el que fuera entrenador del Albacete, Luis Sánchez Duque, que había cogido al equipo en la jornada 17 tras la destitución de Celestino Vallejo. Sánchez Duque aguantó la derrota en Albacete, pero a la jornada siguiente, ya metidos en descenso, la derrota en los Pajaritos frente al Córdoba (0-2), significó la destitución del técnico madrileño. Manu Sarabia se hizo cargo del equipo y logró salvarlo de descenso.

El Albacete había sufrido tres derrotas consecutivas que habían hecho perder la ilusión en un equipo que había realizado una muy buena primera vuelta, pero hubo jornada entre semana y el miércoles en Badajoz el Albacete jugó por primera vez en el Nuevo Vivero y aunque las cosas no empezaron bien (2-0) el equipo remontó, ganó por 2-3 y eso revivió la llama de la ilusión.

El partido contra el Numancia se jugó en el Carlos Belmonte el 10 de febrero de 2002. Paco Herrera, con su habitual 1-4-2-3-1, puso en liza a Valbuena, Óscar Montiel, Corona, Raúl Valencia, Pedro, Dani Ruiz, Toril, Leniz, Miguel García, Duré y Jesús Perera. En la segunda parte entraron también José Vegar, Padilla y Rubio. Por su parte el Numancia jugó con Núñez, Álex, Jaume, Jaime Molina, Culebras, Octavio, Iñaki, Curro Vacas, Marini, Iznata y Barbu. También jugaron Lobera, Alberto y Líbero Parri, que a la temporada siguiente llegaría al Albacete. En esa plantilla del Numancia también estaban el guardameta Jonathan López, Antonio López y Carlos Aranda, además de Elías Molina-Prados, que tres años después llegaría al filial del Albacete y debutaría en Primera, aunque sólo jugó un partido.

El colegiado del encuentro fue el madrileño Fernández Hinojosa, que realizó un partido serio, aunque no estuvo muy bien ayudado en las bandas. Hubo muchas dudas con un gol anulado a Duré por fuera de juego y una tarjeta amarilla en todo el partido, para el visitante Jaume. En el descanso, la recién creada Peña Mikel entregó una placa de reconocimiento al jugador por su apoyo ya que no había podido recogerla en la inauguración de la citada peña al estar recuperándose de una lesión en su Bilbao natal.

Una de las claves del partido fue la buena sintonía de un centro del campo en un buen momento, con Léniz y Toril, uno poniendo el empate y el gol, el otro la calidad. Al cuarto de hora llegó el comentado gol anulado a Duré. El apático Numancia recibió su primer mazazo antes de llegar al descanso, con un gol de un Léniz en estado de gracia, pues ya había marcado unos días antes en Badajoz. Al empezar la segunda parte tuvo Jesús Perera el segundo, pero en un mano a mano con el portero del Numancia, Núñez le ganó la partida. Sánchez Duque había realizado dos cambios y el Numancia espabiló, pero era el Alba el que volvía a marcar tras un buen robo de Toril y su pase perfecto para Perera que esta vez era objeto de penalti. El centrocampista cordobés que, igual que Léniz también había marcado en Badajoz, y también de penalti, ponía el 2-0 en el marcador.

Pero no estaba todo dicho, porque en el minuto 74 el veterano Alberto marcó el 2-1 y generó intranquilidad en las filas manchegas, lo que borró de un plumazo Jesús Perera en una jugada de auténtico depredador del área. El defensa Alex tocó de cabeza para su portero, pero por ahí apareció Perera para robarle la cartera a Núñez, driblarlo con habilidad y anotar el 3-1 a puerta vacía. Era el minuto 82 y el partido quedaba sentenciado. Enorme Perera en ese partido, recuperando la frescura pérdida tras sufrir una lesión muscular. Provocó un penalti y anotó un gol. El pacense se iba preparando para ofrecer su mejor versión la temporada siguiente, en la que fue el máximo goleador de la categoría y uno de los principales protagonistas en el ascenso del Albacete a Primera.

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