Esta semana, en los Vintages el Alba, vamos a recordar la última vez que el club manchego logró vencer al Nástic de Tarragona en el Carlos Belmonte, para lo que tendremos que remontarnos a finales de septiembre de 2008. El partido resultó un duelo de equipos y de levantinos en el banquillo, ya que en el Albacete estaba el alicantino Juan Ignacio Martínez mientras que en el Nástic regresaba nuestro querido valenciano César Ferrando.
Después de esa victoria, las visitas del Nástic se han saldado con dos empates y dos derrotas, precisamente la última la pasada campaña con Enrique Martín en el banquillo del Alba. Ahora veremos al técnico navarro en el banquillo visitante, ya que la pasada semana firmó con el equipo tarraconense para intentar sacarlo de pozo de la tabla. El colista fue capaz de ganar al Real Oviedo en el tiempo añadido para sumar los primeros tres puntos con Martín y subir un puesto en la clasificación.
Aquel inicio de temporada las cosas no iban bien en el Alba. Era la segunda campaña de Bandera Blanca al frente del club y los problemas se multiplicaban. Juan Ignacio contaba con una plantilla corta y ya nada más empezar la temporada empezaban los problemas. Para este partido no podía contar con Nkendo y Diego Mainz. En casa el Albacete se mostraba más sólido, había ganado su primer partido y empatado con el Girona que iba líder, pero fuera había sumado dos derrotas. El Nástic venía al Belmonte cargado de viejos conocidos. Con el albaceteño Ricardo Resta como director deportivo, además de César Ferrando, al club tarraconense habían llegado muchos jugadores que antes habían pasado por el Alba. Mingo, David Bauzá, Jandro y Pablo Redondo estaban en ese Nástic, también Antonio López, que jugaría después en el Alba. En esa plantilla estaban jóvenes como Jordi Alba o veteranos del nivel de Moisés, Campano y Óscar Arpón.
El Alba había sufrido una profunda renovación y todos los jugadores que ‘olían’ a la anterior etapa habían desaparecido, incluidos canteranos que gran proyección, como el guardameta Javi Martínez, el centrocampista Pablo García o el delantero César Díaz. No eran productos del director deportivo, Máximo Hernández. Los que llegaron desde abajo, desde el equipo juvenil, eran Jaime Romero y Ritchie Kitoko, que en un abrir y cerrar de ojos deslumbraron por su potencial y fueron fichados por el Udinese italiano.
El partido parecía que iba a ser cómodo para el Albacete por cómo se iba desarrollando, pero al final el público acabó pidiendo la hora ante la remontada del Nástic, que no llegó a culminarse.
Juan Ignacio Martínez jugó ese día con: Jesús Cabrero; Kike Tortosa, Trotta, Tarantino, Carlos Peña; Íker Begoña, Verza; Xavi Jiménez, Merino, Jaime Romero y Diego Costa. También jugaron Alberto Aguilar, Marco Navas y Álex Pérez.
En el Nástic, César Ferrando colocó a: Rubén Pérez, Campano, Mairata, Tortolero, Mingo, Medina, Diop, Pablo Redondo, David Bauzá, Jandro y Moisés. También jugaron Jordi Alba, Víctor y N’Gal.
El colegiado del encuentro fue el vasco Gardeazábal Gómez, que hizo un arbitraje muy serio en un partido con ciertas complicaciones, con un penalti señalada en cada área. Mostró cartulina amarilla a los locales Kike, Costa y Begoña, y a los visitantes Mingo, Mairata y Jordi Alba.
Apenas 5.000 espectadores en el Carlos Belmonte, en una tarde desapacible por el viento y con un protagonista, el joven Jaime Romero, cuyas internadas por la banda izquierda convirtieron el partido en una pesadilla para el veterano Campano. Durante muchos minutos se pudo ver al mejor Albacete de la temporada, disipando muchas dudas existentes sobre el equipo. El Nástic se encontró muy pronto con un gol en contra y, a pesar de llegar a tener una gran desventaja en el marcador, no se rindió y al final casi le da un susto al Albacete.
Carlos Merino adelantó al Albacete en una jugada en la que el entonces brasileño Diego Costa (todavía no se había nacionalizado) le dejó el balón en bandeja. Durante muchos minutos el partido estuvo abierto, con llegadas de uno y otro, pero la ventaja en el marcador era para los locales. En otra acción con Diego Costa como protagonista, Mingo lo derribaba en el área y Gardeazábal Gómez pitaba penalti. Verza lo transformaba en el minuto 32 y al descanso el Alba llegaba con una cómoda ventaja (2-0).
Movió piezas Ferrando y puso en la segunda mitad al joven Jordi Alba buscado llegar con peligro por la banda, pero en una jugada bien trenzada Jaime Romero ponía un balón de lujo para que Merino sólo tuviera que poner el pie para hacer el 3-0. Era el minuto 60 y el partido parecía visto para sentencia.
Pero Juan Ignacio Martínez empezó a dar descanso a sus mejores hombres y el equipo pecó de exceso de confianza. Tarantino metía la mano dentro del área y el colegiado señalaba un penalti que Moisés se encargo en transformar en el 3-1. Quedaban 15 minutos y empezaron los nervios. Diop y Bauzá tomaron el mando en el centro del campo y el Alba desapareció de partido. Diego Costa estaba completamente fundido, pero Juan Ignacio decidió en su último cambio quitar a Jaime Romero, el único que seguía generando peligro al rival. Costa dejó de presionar y las buenas llegadas por las bandas protagonizadas por Xavi Jiménez y Jaime Romero no encontraron continuidad en sus relevos, Marco Navas y Álex Pérez. En medio de la descomposición del Alba apareció otra vez Moisés para, esta vez de cabeza, anotar al 3-2 en el minuto 84.
Con la gente pidiendo la hora y el equipo hecho un manojo de nervios, al Nástic se le acabó la pólvora y el partido finalizó 3-2. Un partido que tuvo que ser un paseo para el Alba acabó con el equipo desquiciado y a punto de fastidiarla. Fue la nota dominante de una temporada irregular y con altibajos que acabó, tanto en lo deportivo como en lo institucional, como el rosario de la Aurora.
Amistoso saludo de JIM y César Ferrando, ambos entrenadores muy queridos en Albacete, bajo la atenta mirada del crack del Atlético de Madrid Diego Costa.
No sabían cómo parar al entonces canterano del Alba Jaime Romero y Campano, viejo zorro de la categoría, hasta le echaba las uñas a la cara muy disimuladamente, aunque la fotografía lo delató.
El que fuera delegado del Nástic recientemente fallecido, Josep María Grau, aparece en esta imagen en la que le está entregando la camiseta Merino, que coló dos goles en el partido y previamente había militado en el Nástic.
IMÁGENES
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AFICIÓN
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