En todos los estadios hay un tonto, un cafre, que deja en mal lugar a una gran afición como es en este caso la de El Molinón. En la cita en Gijón le tocó sufrirlo a Susaeta.
El jugador del Alba estuvo antes en el Oviedo, el eterno rival del Sporting, y tuvo que aguantar pitos e insultos en el estadio de El Molinón. Mientras calentaba en la banda los aguantó como el señor que es y por aquella regla no escrita en el fútbol que en los equipos con tanta rivalidad esto es habitual.
Eso sí, el tonto de El Molinón ya pasó todas las líneas rojas cuando le dijo «que se j… tu hijo». A cualquier padre eso le duele, más si, como es el caso de Susaeta, tu hijo está enfermo, así que el jugador ahí sí se giró a mirar a la grada para buscar al tonto del día. Suerte que no pudo amargarle la victoria final. Ánimo Susaeta y desterremos a los tontos de los estadios.