El Girona siempre ha sido un rival complicado para el Alba, de esos que casi nunca se te da bien. Tanto es así que en 10 partidos disputados durante las cinco temporadas en las que han coincidido en Segunda solo una vez pudo ganar el conjunto manchego, con aquel 3-0 en la recta final de la temporada 2009-10 en la que el uruguayo Stuani estaba en las filas del Alba, aunque ese día no marcó. Ya fue objeto dicho encuentro de un vintage anterior, así que hoy nos vamos a quedar con uno de los dos empates que se cosecharon en el Belmonte, toda vez que en sus dos últimas visitas, el equipo catalán se llevó la victoria.
En este vintage hablaremos del 1-1 de la temporada 2010-11, en la 10ª jornada de un campeonato que terminó mal, con el descenso a Segunda B, y que ya caminaba por arenas movedizas en aquel 30 de octubre. Tras nueve jornadas, el Albacete de Antonio Calderón no terminaba de arrancar, con muchos problemas de lesiones y jugadores que no daban el nivel esperado, y eso que la competición acababa de empezar. Llegaba el equipo a este partido con 9 puntos, en la 17ª plaza, a tres de la zona de descenso, con dos victorias, tres empates y cuatro derrotas, tres de ellas consecutivas en las tres jornadas precedentes. Uno de los datos más preocupantes eran los 9 goles en contra, pero sobre todo era la falta de juego, de fútbol, lo que había llevado ya a los aficionados a un estado de letargo que se prolongaría durante muchas temporadas.
Ese 30 de octubre de 2010, con el Girona como rival, que apenas tenía un punto más que el Albacete, solo acudieron al Carlos Belmonte 2.300 espectadores. La entrada más pobre seguramente en la historia del club en la Liga de Fútbol Profesional, superando en lo negativo a la peor que se recordaba entonces, un Albacete-Polideportivo Ejido que se jugó un miércoles de diciembre en 2006 y al que acudieron 2.740 espectadores.
El partido fue malo, sobre todo por parte de los manchegos. El Girona vio injusto el empate, porque se sintió merecedor de la victoria y el ambiente se iba endureciendo en torno a un equipo con demasiadas carencias y que se veía que no se había completado con mimbres suficientes para competir en la siempre exigente Segunda División. El año antes, con el retorno de Candel y Palazón, se había echado la casa por la ventaja con fichajes importantes que no evitaron que hubiera que luchar hasta el último momento por la salvación. Este año los ajustes fueron tantos que la plantilla se quedó corta y se vivieron situaciones internas, tanto en el club como en el vestuario, que terminaron por colmar el vaso y pusieron fin a 21 campañas seguidas del club en el fútbol profesional.
El Girona se presentó en Albacete cargado de jugadores con pasado y futuro en la capital manchega. De inició jugaron dos ex, Noguerol, que luego regresaría al club manchego en Segunda B, y también Jandro. En la portería estaba Roberto Santamaría, hermano del central Mikel Santamaría que luego llegaría para jugar en Segunda B, y en el ataque Víctor Curto, otro jugador que luego pasó por el Alba y dejó un buen sabor de boca. No podemos olvidar al potero suplente, Dani Mallo, que también tuvo un fugaz paso por el Alba.
La alineación que presentó Antonio Calderón con el Albacete ese día fue la formada por: Keylor Navas, Kike Tortosa, Dani Fragoso, De la Cuesta, Tarantino, Baró, Verza, De Lerma, Sousa, Cuevas y Tato. También jugaron Pedro Santa Cecilia, Antonio López y Alfredo Ortuño.
En el Girona, el técnico era Raúl Agné, que aquel partido estaba sancionado y tuvo que ver el encuentro desde el palco. La alineación estuvo formada por Santamaría, Luso, Serra, Noguerol, Bautista, Chechu, Tébar, Dorca, Jandro, Despotovic y Víctor Curto. También jugaron Dani Mallo, Peragón y Borja.
El arbitraje corrió a cargo del valenciano Martínez Munuera, que no estuvo nada acertado. Expulsó al portero del Girona, Santamaría, con roja directa por tocar el balón con la mano en una acción fuera del área en el minuto 54. El balón golpeó en el pecho del guardameta, y no en su mano. Unos minutos antes, nada más empezar la segunda parte, anuló un gol de Víctor Curto por un fuera de juego inexistente. Sólo acertó en una mano de Tarantino, que estaba justo encima de la ralla del área y el impacto se produjo fuera.
Los jugadores del Albacete saltaron al terreno de juego con camisetas de apoyo a Miguel Ángel García Tébar. El jugador albaceteño, en las filas del Salamanca, había sufrido durante un Salamanca-Betis un infarto del que pudo salir airoso gracias a la rápida intervención de los médicos. El día del partido del Alba acababa de salir del hospital, sabiendo que tu etapa como jugador profesional había llegado a su fin.
En la primera parte hubo poco fútbol, con cierto dominio manchego, pero apenas algunos disparos lejanos que no pusieron en muchos apuros al guardameta del Girona. En la segunda parte pasó de todo. Primero llegó ese gol anulado a Víctor Curto por fuera de juego y después la acción de Santamaría que acabó en su expulsión. Curto tuvo que dejar su sitio a Dani Mallo.
En el minuto 57 llegó el gol del Albacete. La jugada se inició en un saque de esquina en corto, con devolución y centro pasado de Antonio López. De la Cuesta trata de rematar, pero el balón le sale muy picado y hacia el otro palo, despistado al portero del Girona, que no puede hacer nada cuando Tarantino mete el pie para introducir el balón en tierra de nadie al fondo de las mallas.
A pesar de ir con un hombre menos, el 1-0 hizo que l Girona diera un paso adelante, lo que tampoco le costó mucho ante el desastroso juego del Albacete. En el minuto 67 Despotovic aprovechó un mal despeje de De la Cuesta para hacer el 1-1, ante la desolación de la grada local. Ya en la recta final, Ortuño tuvo una gran ocasión con un remate de cabeza ante el que se lució Dani Mallo con una gran intervención.
Empate final y una nueva decepción para la afición, más por el juego desplegado que por el resultado final. “Exigíamos que el equipo compitiera y por eso introduje gente más agresiva. No sufrimos, pero estuvimos nerviosos, precipitados y no hicimos el juego que queríamos”, dijo Calderón, que había variado el sistema por otro de más contención sin los resultados deseados. Por su parte Raúl Agné, como era obvio, se quejó del arbitraje. “Fuimos mucho mejores, incluso con 10 jugadores. El árbitro se equivocó, y ya está, aunque los colegiados no nos están regalando nada en los últimos encuentros fuera de casa”, dijo.
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