La primera temporada del Albacete Balompié en Primera División fue espectacular. El equipo entrenado por Benito Floro, que tres campañas antes peleaba por no descender de Segunda B a Tercera, apareció como un cohete en el fútbol nacional para escribir las más bellas páginas de su historia. Hoy en los Vintages del Alba vamos a recordar la primera visita del equipo manchego al mítico Molinón, en esa temporada 91-92 en la que el Queso Mecánico estuvo a punto de clasificarse para la Copa de la UEFA y consiguió la mejor clasificación de su historia.
La visita a El Molinón se producía en la jornada 27, el 22 de marzo de 1992. Acababa el cuadro manchego de vivir unos meses mágicos en los que estuvo durante 15 jornadas sin perder. Al final cayó en otro campo mítico, San Mamés, en la jornada 25, aunque tras ese inesperado tropiezo el equipo de Floro empató con el Sevilla y se presentó en Gijón con ganas de resarcirse de la derrota sufrida con el equipo astur en la primera vuelta, en la que fue su peor racha esa temporada, con tres derrotas consecutivas en un inicio titubeante pero no muy malo para un debutante en la categoría, ya que en las primeras nueve jornadas del campeonato había perdido seis partidos y ganado tres. La última derrota había sido en el Santiago Bernabéu frente al Real Madrid, que dio paso a la racha de 15 jornadas consecutivas sin perder.
El Albacete llegaba a este encuentro en la quinta plaza de la tabla con 31 puntos. Sólo era superado por Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia. El Sporting ocupaba la novena plaza con 28 puntos, los mismos que Burgos y Zaragoza, que lo precedían en la tabla. Todavía estábamos en la liga de los dos puntos por victoria.
En dicho encuentro se produjo el debut en Primera con el Albacete de Juan Carlos Balaguer. El guardameta valenciano había estado en lo que iba de temporada a la sombra del costarricense Gabelo Conejo, pero un proceso gripal del internacional y mundialista propiciaron que Floro optase por dejar a Conejo en el banquillo y darle la oportunidad al bueno de Balaguer. En el otro lado estaba la ausencia de Chesa, fuera de la convocatoria como castigo por un altercado nocturno el jueves anterior al encuentro.
Floro jugó ese día con: Balaguer, Geli, Coco, Sócrates Parri, Oliete, Catali, Zalazar, Menéndez, Julio Soler, Antonio y Aquino. También jugaron Juárez y Manolo.
En el Sporting de Gijón, entrenado por Ciriaco Cano, jugaron: Emilio, Luis Sierra, Alcázar, Abelardo, Muñiz, Óscar, Juanele, Joaquín, Luhovy, Iordanov y Manjarín. También salieron Arturo y Avelino.
El colegiado del encuentro fue el vitoriano Martínez de la Fuente, que realizó un buen arbitraje, aunque dejó dos jugadas para la moviola de la época, un posible penalti de Oliete a Arturo que no sancionó y un gol anulado a Antonio por supuesto fuera de juego. Sólo mostró una cartulina amarilla, a Geli.
El Albacete consiguió una sonora victoria, con la que reafirmaba su candidatura a jugar la Copa de la UEFA y alcanzaba los cinco positivos, la cifra más alta de la temporada. Entonces todavía estaban en la clasificación, los positivos por ganar o puntuar fuera de casa y los negativos por ganar o empatar fuera. El equipo de Floro fue el dueño y señor del partido, borrando del campo al Sporting y provocando los silbidos contra Ciriaco Cano, que se incrementaron cuando el técnico local decidió sentar a Iordanov, que era el único capaz de darle algo de sentido al juego de su equipo. La bronca fue monumental en un Molinón con 18.000 espectadores.
Por cierto, que en los prolegómenos de este encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de Guillermo Alfonso Lázaro, niño de 13 años que había fallecido en el estadio de Sarriá por impacto de una bengala durante el partido Espanyol-Cádiz en la jornada anterior. También fue protagonista el veterano Joaquín, internacional absoluto que recibía el aplauso de El Molinón por haber cumplido 470 partidos en Primera con el Sporting de Gijón, récord entonces en el fútbol español.
El partido fue dominado totalmente por un Albacete en el que, de haber estado más acertados Aquino y Antonio, la goleada podría haber sido de escándalo. El debutante Balaguer tuvo poco trabajo, pero el poco que tuvo lo salvó con temple y habilidad, demostrando que el Alba tenía portero para la temporada que viene, pues ya empezaba a vislumbrarse la retirada de Conejo.
Zalazar, en una temporada impresionante, llevó el partido por donde quiso y como quiso. El uruguayo fue precisamente el que abrió el marcador en el minuto 24, aunque antes, en el 11, Aquino ya había tenido una primera llegada al área local tras un buen pase de Menéndez. El 0-1 llegó con un libre directo desde la frontal, donde Zalazar era todo un especialista. El uruguayo le pegó bien y Emilio se “comió” el balón, que le botó justo debajo y se coló en su portería. Poco después otra vez Zalazar, esta vez en jugada, probó fortuna, pero en esta ocasión Emilio estuvo atento, lo mismo que en otra clara ocasión antes del descanso en la que el duro disparo de Julio Soler desde el punto de penalti era también desviado por el guardameta del Sporting.
La segunda parte siguió con el dominio del Albacete, con Aquino plantándose solo ante Emilio y disparando demasiado cruzado, cuando tenía a su lado a Antonio que solo había tenido que empujar la pelota a la red ante la salida desesperada de Emilio. Luego se produjo la acción en la que el Sporting reclamó penalti en el área del Albacete, donde el derribo de Oliete sobre Arturo fue bastante claro. En el minuto 83 llegaría la sentencia para el Albacete, en un intento de remate de Zalazar, que rechazó un defensa y el balón muerto lo cazó Antonio para levantarlo ante la media salida de Emilio y conseguir el 0-2.
Justo triunfo del Albacete en El Molinón, para que el equipo de Benito Floro mantuviera con firmeza la quinta plaza en la tabla de Primera y siguiera soñando con la Copa de la UEFA.
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