Una victoria balsámica
Pocas son las visitas del CD Lugo al Albacete Balompié y nos quedaremos con la última, este mismo año, el 10 de enero de 2015, en la vigésima jornada de la temporada 14-15 en la que el Albacete consiguió una victoria balsámica.
La primera vuelta del Albacete estaba siendo tremendamente pobre, con números de descenso. Antes de esa vigésima jornada el equipo de Luis César era colista con sólo 15 puntos, tremendamente preocupante después de lo mucho que había costado recuperar la categoría tras tres años de travesía en el desierto de la Segunda División B. El Lugo, llegado a la División de Plata unos años antes, mantenía el mismo estilo y entrenador, Quique Setién, en su sexta y última campaña, ya que se despediría del club al finalizar la temporada. El cuadro gallego era 15ª con 23 puntos y también realizaría una buena segunda vuelta.
El Alba había superado su terrible racha de siete derrotas consecutivas pero estaba muy falto de puntos. Además había cerrado 2014 con una tremenda decepción al perder en casa con el Llagostera, un partido en el que todos pensaban en la victoria para pasar unas tranquilas vacaciones afianzando el inicio de la remontada. El palo de caer en el último partido del año fue terrible y comenzó 2015 con la derrota en casa del Mallorca (2-0) un 3 de enero.
Llegaba el primer partido de 2015 en el Belmonte y era necesario ganar para mantener vivas unas esperanzas que empezaban a desquebrajarse por las matemáticas, ya que los puntos necesarios para salvar la situación se empezaban a convertir casi en utópicos. Se enfrentaban ese 10 de enero dos estilo de juegos no iguales, pero muy parecidos. Al Lugo de Quique Setién también le gustaba tener el balón, salir desde atrás, jugar un fútbol vistoso.
El partido tuvo un emotivo minuto de silencio por las víctimas del atentado en París a un semanario francés y tuvo una entrada de más de 6.500 espectadores, a pesar del frio y de jugarse en sábado.
Luis César dio un giro que resultaría efectivo. Cambió el sistema, protegiendo más a la defensa, con un 1-4-1-4-1 con el que consiguió menos separación entre la defensa y el ataque, con mucha solidaridad de los hombres ataque en banda a la hora de defender. Debutó Paredes, segundo refuerzo después de Pulido. El primero ya había podido debutar con anterioridad mientras que Paredes tuvo que esperar a la apertura del mercado invernal. Con Dorronsoro en la portería la línea defensiva la formaron Antoñito, Pulido, Gonzalo y Paredes, con Miguel Núñez por delante de la defensa. Formando una especie de trivote, Núñez tenía como escuderos a Edu Ramos y Diego Benito, con Keko y Cidoncha en las bandas y César Díaz en la punta de ataque. En la segunda parte también jugaron Carlos, Samu y Jorge Díaz.
En el Lugo, Quique Setién salió con José Juan, Dalmau, Lolo Pavón, B. Gómez, Manu, Seoane, Pita, David López, Álvaro Peña, Iago Díaz y Lolo Pla. También jugaron Ferreiro, David Aganzo y Jonathan Valle. En el banquillo, un desconocido en ese momento Dani Mallo, portero suplente del Lugo en este encuentro.
El colegiado del encuentro fue Medié Jiménez, del comité catalán, que enseñó cartulina amarilla a Diego Benito, Paredes, Antoñito, Samu y Keko en el Albacete y a Pita, Aganzo y Lolo Pavón en los visitantes. También hubo amonestación para Quique Setién.
El partido no pudo comenzar mejor para el Albacete, pues nada más sacar de centro Edu Ramos robó y metió el balón para un César Díaz en un gran momento de forma. El de Villamalea se fue hasta la línea de fondo y su centro al segundo palo iba a ser rematado por Cidoncha, pero Seoane se adelantó pero en su intento de despejar introdujo el balón en su propia portería. Había pasado un minuto y 20 desde que el árbitro había pitado el inicio y el marcador ya era favorable al Albacete.
Keko era una pesadilla en la banda derecha, mientras Diego Benito daba mucho sentido al juego con Ramos como escudero y Núñez por detrás taponando cualquier intento del Lugo por tomar el control. Pero el Lugo apretó al verse con el marcador en contra y pasada la media hora se hizo con el mando del partido, llegando con peligro al área de Dorronsoro. En la última jugada de la primera parte se produjo una posible mano de Gonzalo en el área que el colegiado no señaló, con el consiguiente enfado de los gallegos, protestas que provocaron incluso que Quique Setién fuera amonestado.
En la segunda parte el Alba intentó matar el partido al contragolpe, con Diego Benito dando la pausa y Keko buscando incansable la velocidad de César Díaz. El desgaste físico de los defensas del Lugo fue aprovechado por un César Díaz pletórico de fuerzas para conseguir rematar el partido en el minuto75 al aprovechar un buen balón de Keko, driblar al portero y marcar a puerta vacía. En el 87 el colegiado señaló un penalti por manos de Pavón en el área y el delantero de Villamalea redondeó su tarde con el 3-0 que resultó definitivo.
Gran victoria para el Albacete que no significó mucho a nivel clasificatorio al quedar el equipo todavía en la cola de la tabla, pero resultó balsámica y levanto la moral de equipo y afición en un momento clave en el que un resultado adverso podría haber sido un mazazo definitivo. Por fortuna se ganó y se sacaron muchas conclusiones positivas del encuentro.