Una derrota con final polémico
El Albacete y el Mirandés sólo se han encontrado en Liga la pasada temporada. A mediados de octubre de 2014 el equipo de Luis César visitaba Anduva, ya metidos de lleno en la racha de derrotas consecutivas que llegó hasta siete, siendo la quinta la cosechada en Miranda de Ebro.
El partido terminó con mucha polémica, con un gol local en el tiempo añadido que no debió subir al marcador y que significó la derrota para un Albacete que se había adelantado en dos ocasiones. Portu adelantó al Alba en el minuto 12, pero poco duró la alegría para los manchegos porque en el 15 Urko Vera aprovechó la candidez defensiva albaceteña para hacer el 1-1. Aquel día la defensa estaba formada por Noguerol, Rojas, Gonzalo y Pol Bueso, nada que ver con la que jugó en la segunda vuelta (Antoñito, Pulido, Núñez y Paredes). No se había llegado todavía al minuto 20 cuando otra vez Portu, de cabeza, a pesar de su corta estatura, hacía el 1-2 y volvía a poner por delante a un Albacete que era colista y que buscaba oxígeno.
Nada más empezar el segundo tiempo Kijera, en una falta lejana en la que bien pudo hacer algo mas el guardameta Diego Rivas, anotaba el 2-2. Hubo ocasiones para ambos, casi más para el Albacete, pero cuando parecía que el empate era un resultado que ciertamente podría dejar contentos a uno y otro, llegó la jugada polémica en la que el colegido cántabro Arias López, precisamente el mismo que tiene que dirigir el Mirandés-Albacete de este sábado, no quiso saber nada.
Pasada minuto y medio del tiempo reglamentario cuando el Mirandés tuvo dos saques de banda consecutivos y el balón acabó colgado sobre el área del Albacete, con tres jugadores del equipo burgalés en más que posible fuera de juego. Para más inri, Álex García se quitó de en medio a Rojas en una acción en la que nadie se había extrañado si el árbitro pita falta del delantero, pero Arias López ni vio el fuera de juego ni la falta y Álex García mandó el balón a la red para darle la victoria al Mirandés, porque ya no hubo tiempo para más. Un duro mazazo para un Albacete sumido, en aquellas fechas, en una gran depresión.

