Dos victorias manchegas en la primera etapa de Primera
Regresa el Albacete al Carlos Tartiere, un campo de primer nivel en el que los manchegos han jugado 10 veces y en el que han ganado en dos ocasiones, en la primera etapa de Primera División y con Benito Floro en el banquillo. También ha sumado el Alba cuatro empates y ha salido derrotado en otras cuatro ocasiones. Una constante en estos partidos ha sido la gran afición del Oviedo, siempre llenando el Tartiere, tanto el viejo como el nuevo y precioso campo que a buen seguro lucirá en el retorno de los carbayones a la Liga de Fútbol Profesional.
No han sido los partidos entre Oviedo y Albacete disputados en tierras asturianas de muchos goles, aunque en su primera visita el conjunto manchego se llevó un abultado 5-1, en la temporada 85-86 en Segunda División. En los otros nueve enfrentamientos el Oviedo sólo marcó cinco goles, los mismos que el Albacete. El Oviedo se quedó sin marcar en cuatro ocasiones y el Albacete en seis.
En la víspera del Día de Reyes se presentó el Albacete ya entrenado por Pachín en el Carlos Tartiere, pues unas jornadas antes había sido destituido Julián Rubio en su primera etapa como entrenador del conjunto manchego. Con arbitraje del nefasto Rierra Morro, el Alba fue barrido por un gran Oviedo que ese año se quedó a sólo dos puntos del ascenso a Primera. Los goles locales fueron obra de Muñoz, García Barrero (2), Juliá y Joaquín, mientras que el tanto manchego fue obra de Cazaurang, al aprovechar el rechace de un disparo de Merino que se estrello en el travesaño.
Llegó el Alba a Primera y la visita al Tartiere fue una fiesta, con más de 300 albaceteños acompañando al equipo, que viajó en avión desde la Base Aérea de los Llanos. El Queso Mecánico de Benito Floro estaba en plena efervescencia y aquel 19 de enero de 1992 puso otra nota destacada en el currículum del técnico que había revolucionado el fútbol manchego y que impulso un fútbol moderno que sorprendió en la categoría. Con una jugada de estrategia marca de la casa el Albacete se llevó la victoria del viejo Carlos Tartiere. Era un saque de esquina en el minuto 19 que Zalazar sacó raso hacia atrás. El balón iba para Menéndez, que sorprendió con un salto, dejando pasar la pelota para que Chesa, sorprendiendo desde atrás, empalmara con fuerza y colocación para batir al veterano Viti. Para el Alba era el tercer triunfo consecutivo fuera de casa y la novena jornada sin perder, dato que acumuló hasta llegar a 15. Aquella tarde el Alba formó con Conejo, Geli, Coco, Juárez, Oliete, Catali, Zalazar, Chesa, Julio Soler, Antonio y Menéndez. También jugó Aquino.
Hasta cinco visitas consecutivas, en los cinco años que el Alba estuvo en Primera, se produjeron en aquella primera mitad de la década de los 90. En su segunda aparición el resultado fue un 0-0 que se ha repetido hasta en tres ocasiones. En el primero, el equipo de Espárrago sólo inquietó en el inicio, con un gol de Rommel Fernández que García de Loza anuló por un dudoso fuera de juego. A partir de ahí el guardameta Viti fue un mero espectador y el Alba sufrió para mantener su portería a cero, defendida por Balaguer, que vio como hasta en tres ocasiones el balón se estrellaba en la madera.
En la 93-94 el empate fue a uno (1-1), con el terreno de juego encharcado por la lluvia que no cesó en todo el partido y un Albacete muy bien plantado defensivamente. El Oviedo jugó mejor en la primera parte, pero no logró superar al equipo de Espárrago. Cuando todos daban por bueno empate sin goles llegó el disparo de Jokanovic desde 30 metros que sorprendía a Conejo y ponía la ventaja local a pocos minutos del final, pero llegó la estrategia y un cabezazo de Fradera que se colaba y que interceptó Berto claramente con la mano. Sala anotó el penalti y el partido terminó con esas tablas que todos esperaban y que dejaba contentos a ambos conjuntos en una tarde fea y gris.
En la 94-95 llegó la segunda victoria del Alba (1-3), en un partido en el que brilló con luz propia el joven Fernando Morientes, entonces la perla de la cantera manchega. Zalazar se unió a la fiesta y el Albacete de Floro superó con claridad al Oviedo, con baño de fútbol en la segunda parte. Se adelantó el Oviedo al filo del descanso, al anotar Prosinecki de penalti, pero nada más empezar la segunda empataba Morientes al cabecear inapelable un córner botado por Bjeliça. Poco después era el propio jugador croata protagonista de una gran jugada que terminó en penati y que el infalible Zalazar se encargó de transformar. Pudo cambiar el signo del partido en el minuto 62 cuando Fradera cortó en falta una internada de Armando y Santamaría Uzqueda señaló la falta fuera del área, pero tras consultar con su juez de línea estimo que había sido dentro del área e indicó el punto de penalti. Otra vez Prosicecki al lanzamiento, pero esta vez la paró Molina. Ya en la recta final llegó el tanto de la sentencia en un balón largo de Zalazar para que Morientes se luciese y, con generosidad, dejase el balón para que Santi sólo tuviera que empujarlo al fondo de las mallas. En el Oviedo, con Radomir Antic de entrenador y luchando por la UEFA, estaban Mora, Cristóbal, Rivas, Sietes, Jerkan, Jokanovic, Prosinecki, Carlos y Jankovic, entre otros. El Alba, otra vez dirigido por Benito Floro, formó con Molina, Coco, Sotero, Tomás, Fradera, Sala, Bjeliça, Santi, Morientes, Zalazar y Andonov. También jugaron Cordero y Fonseca.
En la última visita en Primera se produjo la única victoria del Oviedo en esta categoría, con gol de falta del malogrado Peter Dubovsky en partido jugado un 5 de septiembre. La buena actuación del guardameta Marcos evitó una derrota mayor para un Oviedo que superó con claridad a un gris Albacete y que contaba ese año con una delantera de lujo, con el citado Dubovsky, Carlos, Oli y Manel.
Después de varios años, ambos conjuntos volvieron a encontrarse en Segunda División en la temporada 01-02, ya en el nuevo Carlos Tartiere y el partido terminó con empate sin goles (el segundo con el mismo resultado en sus enfrentamientos). Se estaba apurando la temporada y al Alba de Paco Herrera le faltaba un empujón para luchar por el ascenso, pero no pudo pasar del empate ante la buena actuación del guardameta Esteban y con la providencial aparición en el tiempo de descuento de Valbuena, que salvó un remate a bocajarro de Santamaría que podía haber dado un injusto triunfo a los carbayones. En ese Albacete ya estaban protagonistas del posterior ascenso como Óscar Montiel, Simeón, Álvaro Rubio, Jesús Perera y Basti, y jugadores destacados como Juanlu, Corona, Toril, José Vegar y el argentino Duré.
En el año del ascenso a Primera de Ferrando se produjo otro empate sin goles, también en esas jornadas finales y con el Alba pendiente de mantener su posición de privilegio en la clasificación, por lo que no perder y seguir sumando era la principal consigna. Al equipo le faltó chispa ofensiva, pero estuvo bien plantado en defensa, con Roa en la portería y una línea de cuatro con Óscar Montiel, Siviero, Pablo Ibáñez y Padilla, con la muralla de Viaud por delante. Un cabezazo de Mikel, al que veíamos por el Belmonte el pasado fin de semana, fue la mejor ocasión manchega.
En la temporada 11-12 Albacete y Oviedo estaban en el grupo I de la Segunda División B y el equipo de Antonio Gómez visitó el Tartiere a finales de marzo, en un momento delicado porque la clasificación para los playoff estaba en juego y se habían perdido los dos partidos anteriores. Y en Oviedo se sumó la tercera derrota consecutiva por 1-0, con gol de Pelayo en el tiempo de prolongación de la primera parte y una evidente falta de pólvora por parte manchega en la primera. En aquel momento el conjunto de Gómez estaba fuera de las cuatro primeras plazas que daban derecho a jugar por el ascenso.
Y en el playoff por el ascenso precisamente se encontraron ambos equipos en la temporada siguiente, en la que el Oviedo seguía en el grupo I y el Albacete en el IV. Fueron terceros en sus respectivos grupos y les tocó jugar la primera eliminatoria. Primero se jugó en el Tartiere y el Albacete no acertó sobre la portería local, con dos claras ocasiones, y si lo hizo el Oviedo con un gol de Héctor Simón al filo del descanso. El Alba fue mejor, pero no lo reflejó el resultado (1-0), lo mismo que le pasó en la vuelta (2-1) por lo que el pase a la siguiente ronda fue para los asturianos por el valor doble de los goles marcados fuera de casa.