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Así han evolucionado nuestros hábitos de consumo durante el confinamiento

Las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno en el contexto de la crisis sanitaria, tuvo su impacto sobre nuestros hábitos de consumo. Según la consultora Kantar este se moderó durante la primera semana completa, del 16 al 22 de marzo, en concreto, en un 15%. Sin embargo, los españoles llenaron más las cestas y gastaron más.

Se constató también que recurríamos con más frecuencia a picar entre horas, y compramos alimentos que habitualmente consumíamos fuera y que luego ha habido que disfrutar irremediablemente en casa. A tales características responden el chocolate, el café o la cerveza, entre otros.

Semanas después, en la semana del 27 de abril al 3 de mayo, el consumo parecía volver a una cierta normalidad. Así lo reflejaba el Análisis de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que detectaba una evolución positiva en la compra de carne, frutas y hortalizas frescas y pescado, mientras el crecimiento era contenido en pastas y platos preparados y descendía en azúcar, agua envasada, bebidas espirituosas, snacks y frutos secos, cafés e infusiones.

Lo que también constataba Kantar era un aumento de la ventas online, y no solo de productos de primera necesidad como los alimentos, sino de máquinas para hacer deporte como bicicletas estáticas o elípticas.

Las rutinas cambian, luego las compras también. Eso explica que las ventas online del sector textil cayeran un 82%, mientras que productos para la confección de ropa casera, como las máquinas de coser, incrementaron su venta en un 400%.

Preocupación y desconfianza

Lo que también se ha desplomado durante la crisis sanitaria ha sido la confianza del consumidor, y China sirvió como referencia para aventurar los progresivos cambios en el consumo.

En España, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), indicaba que la confianza se había desplomado hasta el 63,3% en marzo, la mayor variación mensual de toda la serie histórica. Eso sí, el mismo centro insistía en que se trata de un contexto especial y atípico, sobre todo por la incertidumbre en las expectativas.

Asegurando la protección

Durante toda la crisis, ha habido instituciones públicas y privadas velando por la seguridad alimentaria, así como en otros planos. Destacamos, por ejemplo, de los laboratorios que se han hecho cargo de investigaciones para conocer la presencia del virus en envases y alimentos. Uno de ellos fue encargado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que analizó todo un listado de productos de cuantos habían registrados aumentos en la demanda. En los envases no habría rastro del SARS CoV-2.

Los análisis no son algo que se circunscriba solo a periodos de crisis, sino que forman parte del proceso mismo de producción. La normativa actual exige la aplicación de planes de higiene a toda las empresas de la industria alimentaria y, para cumplirlos, es necesario que se sometan a un plan de limpieza periódico que incluya análisis de superficies, ambientes y manipuladores.

Innotec análisis de control de calidad es uno de los laboratorios que se dedican a ello. Explican que el sistema de autocontrol APPCC o Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico, ayuda a prevenir problemas de salud en el consumidor final en virtud del RD 109/2010 de 5 de febrero, en el que se establecen las normas a seguir por los manipuladores y la responsabilidad de higiene en las instalaciones.

Entidades públicas y privadas relacionadas con la sanidad, además de velar por la seguridad alimentaria, también se han afanado por hacer llegar una información fidedigna y que ayudara al ciudadano a tomar decisiones coherentes sin dejarse llevar por el pánico.

Una de ellas ha sido la EFSA, European Food Safety Authority, de cuyas conclusiones se ha hecho eco la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. El seguimiento realizado por la autoridad europea señalaba la falta de pruebas para concluir que los alimentos fueran una fuente o una vía de transmisión probable del virus.

A la espera de ver el impacto económico

Además de la incertidumbre y el miedo al contagio, lo que también determina nuestros hábitos de consumo es el impacto económico que está teniendo la crisis sanitaria, y cuyo alcance ya apunta a ser significativo.

La falta de recursos económicos puede ser un lastre en el futuro próximo, para lo que no más que prestar atención a indicadores como los datos de paro: en el mes de abril, se disparó en un 8% y alcanzó los 3,8 millones, el mayor repunte para un mes de abril. Aún queda por conocer cuándo podrán cobrar su prestación todas las personas afectadas por ERTE.

La incertidumbre es tal que el paro ha vuelto a convertirse en la primera preocupación de los españoles, más incluso que el coronavirus, que se colocaba en la tercera posición. Eran datos que conocíamos esta misma semana, y resultado de un sondeo realizado telefónicamente entre el 4 y el 13 de mayo.