La Policía Nacional y voluntarios de ONG intentan que los únicos tres inmigrantes que quedan fuera de la IFAB vuelvan al confinamiento, desde donde van a ser reubicados en ocho instalaciones, en grupos de 20-25 personas para cumplir en mejores condiciones el encierro y que puedan salir cuanto antes.
Se negaban a entrar y el alcalde, Vicente Casañ, junto al vicealcalde, Emilio Sáez, que han estado negociando con muchos de ellos su vuelta a la IFAB, se ha acercado para pedirles que pasen «sólo quedáis ya vosotros y os están esperando para comer», decía Casañ en un intento más de que vuelvan a cumplir con la orden judicial por la que deben estar confinados.