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Salvados por la pandemia (OPINIÓN)

Tenía que llegar este momento. El árbitro ha sacado una tarjeta a la grada. Lo ha hecho en el Carlos Belmonte y ha señalado a Preferencia. No sé si era a Arroyo o a alguno de los que integran la plantilla, pero así ha sido. Estaba Arroyo y el neceser con la pelliza al lado. Como el bolso de Soraya. Faltaba Mariano en el palco. López Ruiz, claro, no el otro payaso. No vendría mal un presidente así. El mejor de este siglo en el club. El que salvó la película. Ese también está quitado, como el gallego. Estará en algún sitio bueno, con un buen vino y un plato de alguna que otra estrella. Y estará tranquilo, no como los que están un poquito más arriba de Preferencia. A esos habría que sacarles la tarjeta. La suerte que tienen es que está el campo vacío y no hay ningún abonado patriótico, de los de verdad, que se gire como decía Candel a decirles cuatro cosas. Hay que tener cuidado porque estos son de amenazar. Trabajar, poco. Un par de tuits y varias fotos con mensajes vacíos. Ese es el Albacete de Skyline, salvado por la pandemia.
 
Si hubiese público y abonados, que es lo que detestan, algún loco habría subido ya al palco a repartir. Alomejor el mítico de las maracas, que también es de Preferencia. Creo que hace 10 años mi abono era el que hoy sujetaba el culo de Arroyo, que es de lo poco decente que nos va quedando. Quién lo diría… Con la miserable plantilla que se salvó de broma en Cádiz, Ramis estuvo 15 jornadas entre el playoff y el ascenso directo. Entonces, Eddy Silvestre era de lo poco que se podía rescatar, Tomeu aparte. En ese Albacete prepandemia. La memoria en el fútbol es tan corta como las carreras de Toni Cruz y López Garai juntas. Aquella infame plantilla, que era mucho mejor que la de ahora, tuvo un entrenador que le sacó todo el rendimiento que pudo hasta que cayó por su propio peso. Este año, la plantilla no puede caer más bajo. El club solo puede escalar desde la miseria en la que vive. Ahora no tiene el sparring de Mauro Pérez para frenar los golpes. Ahora hay que señalar a los culpables del peor Albacete en 80 años de historia. El Albacete de Skyline, salvado por la pandemia.
 
Y Mariano, que fue nuestro mejor presi, el que nos salvó, viviendo la vida siendo un currante nato y no un mercantilista de este fútbol pestilento que nos han colado en Albacete con la excusa de la estabilidad económica, que no es más que un ejercicio de transición para seguir enriqueciéndose. Por eso, en este Albacete, además de consanguinidad en el palco y en los despachos de la ciudad deportiva, ya no es patrio ni el que vigila que no se cuelen los gitanillos a robar los balones. Los de los medios ya ni se preocupan, más allá de los pesebreros que van a reirles las gracias en las ruedas de prensa para ver si sacan un vídeo o una entrevista de chiste. En eso se ha convertido el Albacete, en un vehículo entre la oficina y el fútbol profesional. Este club es el Lezama de los representantes mediocres. Este es un club histórico dirigido por mediocres. Este es el Albacete de Skyline, salvado por la pandemia.
 
El ejemplo es Boyomo, un central tosco y mediocre al que le faltan dos goles de cabeza para poder venderlo por un par de kilos y apuntarse el tanto. De los Pablo Ibáñez y Agus de entonces a los Boyomo de ahora. Ese es el Albacete de estos trovadores de lo deportivo. Albacete es una sucursal de su miseria. Me da pena por todos esos trabajadores de la Ciudad Deportiva que llevan años manchándose para que no falte de nada. Por todos los colegas de la prensa que han bajado al barro de la Segunda B para que toda la ciudad esté enterada de lo que pasa en esta santa casa mancillada. Por eso hemos de ser señores. Por eso me acuerdo de todos ellos. Los que están viviendo las peores horas de una historia que es brillante y que, independientemente de resultados, es nuestra. Es el club de nuestra ciudad y es el club que nos congrega a todos cada jornada. Ahora es el club de Skyline, salvado por la pandemia.
 
Por eso ya no hay gente de Albacete, ahora está Emiliano Gómez y López Garai, la pareja de pelotaris que podría triunfar en las mañanas de La Sexta en las que Ferreras no se apoya en la mesa. Me hace gracia ahora ver a Candel viajando y calentando sillones de palco. Candel, que es nuestro Di Stefano, es el que tiene la entrevista. Es el que podría contar la realidad de este Albacete que ya no es de Albacete. Este club es una franquicia más que hoy está aquí y mañana puede irse al Líbano. Este es el equipo que ha engendrado Skyline, al que muchos bots alaban en redes sociales pero al que tienen calado los más de 50.000 confesos que tienen nombre y apellidos y que lamentan lo que está pasando. Entre esos 50.000 está, por ejemplo, Tomeu Nadal. Por profesionales como Tomeu Nadal es por los que merece la pena ponerse al Albacete. Vendrán tiempos mejores, seguro. A peor no se puede ir. Mauro Pérez ya no está y el hashtag ya no es el de su dimisión. El hashtag es el de la vergüenza de Skyline, que sigue vivo gracias a la pandemia. Albacete no merece esta vergüenza. Albacete merece a gente de Albacete. O a profesionales. Este club de mercaderes ha tocado fondo y su única preocupación es controlar el relato. Aquí han pinchado en hueso. Pincharon hace dos años y se rieron. Luego amenazaron. Ahora tendrán que amenazar a la ciudad. Albacete ya no quiere a esta gente. Albacete ya no reivindica a su Albacete.