Carlos Pérez, un joven vecino de Chinchilla de Montearagón, ha sobrecogido a las redes sociales al publicar la historia del suicidio de su madre. Una historia que acumula decenas de miles de retuits en Twitter y que ha sumado muchos mensajes de ánimo.
Una historia de dolor, de un hijo que cuenta cómo vivían sabiendo que su madre iba a morir y cómo tuvieron que pasar al papel de policías -tras dos intentos fallidos de suicidio- intentando evitar una tragedia cuyo final no pudieron cambiar.
Podría decirse, sin temor a equivocarnos, que el suicidio es la otra pandemia, en este caso silenciosa y que dura más tiempo, en la actualidad. Desde antaño existe en los medios de comunicación la regla no escrita de no informar de suicidios -por ejemplo si alguien se arroja desde una ventana o al tren- porque se tiene la teoría de que podría servir de efecto llamada con quienes lo están también pensando.
Pero lo cierto es que la historia que narra Carlos Pérez hace reflexionar sobre la importancia de analizar qué hay detrás de cada muerte programada; los problemas de Salud Mental y los pocos recursos que a un área tan importante se prestan el sistema público. El propio Colegio de la Psicología reconocía meses de demora para una primera visita de los pacientes y el sistema hace que las visitas se prolonguen durante meses en el tiempo, optando más por la medicación de los pacientes, pero sin poder ir al fondo del problema y dar una solución.
Carlos explicaba que había decidido contar la historia de su madre por si podía servir de auxilio a quienes también hayan caído en depresión y puedan estar pensando lo mismo.
«Por las 10 personas que se van a quitar la vida mañana. Porque esos son los datos reales del suicidio en España, datos escabrosos. Es terrible que cada 2 horas y media, una persona se quite la vida en España, y el estado no solamente no dice nada de eso, sino que no hace nada».
Narra como «una persona que se encuentra así quiere vivir, mi madre quería vivir, pero no podía soportar el sufrimiento de una enfermedad invisible y en la que llevaba sumergida durante casi 20 años».
Llevo varias semanas pensando en plasmar la historia del suicidio de mi madre. No sabía seguro si quería hacerlo o no, pero uno va leyendo historias tras historias por las redes y por internet, y cuando sucede un caso como el mío, tienes dos opciones: Abro hilo
— Carlos Pérez (@carlos_perezOso) January 27, 2021