0 comment

Empieza la era Menéndez (OPINIÓN)

Por Julio Martínez

El fútbol es tan justo como que son los números los que determinan el éxito o el fracaso. El fútbol es tan puñetero como para echar por tierra tres victorias con dos tropiezos con equipos punteros. El fútbol, sí, es tan justo como que los punteros ganan y los humildes pierden, aunque no siempre. Por eso el Alcoyano y el Alcorcón le ganaron al Madrid y por eso el Mirandés maravilló a España con un banquero calvo. Nunca repararon en quién era el rival ni en la ilusión de jugar en casa ajena con mesa, mantel y alfombra roja. Ese es el lastre de este Albacete edulcorado de la casa de la barba perfilada.

La premisa, por mucho que digan en la tele o en los canales estos de Fofos y Milikis frustrados, no es sentirse derrotado y salir a disfrutar. Los aficionados con ansias diezmadas de futbolistas pueden hablar de salir a disfrutar a un Cornellá o a un Butarque, pero ningún profesional disfruta en una plaza grande mientras le pegan un sobe. Eso os lo cuentan los modernos con la tablet. Esos son los que se han cargado el fútbol. Esa es la propiedad de este club y sus adláteres virtuales. Por suerte, el Alba se vive en lo más primitivo de la ciudad. En el ser de Albacete y no en la tarjetita esa que dice que eres abonado en el 80 aniversario. El ser de Albacete es el ser que nos quiere dar Alejandro Menéndez, más allá de que le sonría o no la suerte. Menéndez quiere y Albacete, también. Querer o no querer, esa es la cuestión.

Bajo el orgásmico sunset de Leganés llegó la primera crisis de AM. Crisis, que no conflicto. La diferencia entre el ocaso de la revolución de López Garai y las dos derrotas de Menéndez está en la actitud. Antes, los jugadores que se sentían intocables por pertenencia al líder de turno salían al campo a tocarse los huevos y a pegarle de rosca con gestito para que, con suerte, Josema Moreno les sacase una foto apta para contentar a sus followers en Instagram. Aunque Josema ya ilustró algún que otro Fotolog. Por eso es el número uno.

Ahora, la mejor foto es llorando o abrazados al final del partido. La mejor foto es con la cara partida por enfrentar un choque del partido con amor al escudo y no a la cuenta corriente. Esa es la diferencia que infunde la situación actual, la del Covid y la de este Alba, que sigue siendo uno de los peores de la historia en cuanto a números. Así, nuestra baza es la confianza de los que se ponen las botas en Menéndez y la suya en los que se visten de blanco. Y eso pasa por Tomeu, por Álvaro Jiménez y, quién lo iba a decir, por Dani Torres.

Sigue teniendo ese temple y esa calidad que me mata. Torres arrastra para quitarte el balón o reventarte y en la siguiente jugada te hace un sombrero, se frena, se santigua, se descalza, y se la da al compañero. Y antes de todo esto ya está buscando al compañero mejor colocado para darle el balón. Eso es el fútbol y no las talegas que trae incorporadas el pack Skyline. Eso es el fútbol y no lo que nos ha vendido el amigo de Tana, que sigue sin dimitir. O siguen sin dimitirlo. Esto me recuerda a la célebre frase de Marcos García Montes de que «suicidaron a Rafi Escobedo». Salvando las distancias, claro.

Después de las tres victorias seguidas, inesperadas por la situación que vivía el Albacete, las derrotas ante Mallorca y Leganés deben de doler lo mínimo. Frente a los baleares se peleó y no se mereció perder. En Leganés, el Alba no hizo nada, pero aún así se puso 2-1, a tiro de piedra y con ganas de empatar. Esa es la actitud y esas son las sensaciones que nos debe dejar un vestuario que ha terminado de convencerse de que el objetivo no es cobrar a fin de mes sino salvar al club. Porque el club es mucho más que los que te pagan y los que te saludan en la Ciudad Deportiva.

El club es la ciudad de Albacete. El Albacete es Albacete. Este equipo nos alegra o nos jode la semana igual que cuando nos tenemos que quedar una hora más currando o estudiando. El Alba que pierde es el castigo del profesor por no hacer los deberes. El Alba anterior a Menéndez era el castigo eterno a no salir al recreo. Así, la era de Menéndez acaba de empezar. Ha conseguido convencernos y ahora tiene que lidiar con esta minicrisis de tener al equipo en descenso y con dos derrotas seguidas. No pasa nada, amigos. El Alba tiene en Menéndez un activo y tiene que poner en él toda su fe. Y en Tomeu. Y en Álvaro Jiménez. Y en la Virgen de los Llanos y en quien haga falta. La cuestión es que Menéndez va a salvar a este equipo a pesar de la putada que le han hecho los mercaderes que primero disparan y luego preguntan. Menéndez tiene la capacidad para salvar al Albacete. El Albacete no le ha dado los medios, pero si el Alcoyano y el Alcorcón batieron al Madrid, Menéndez puede sobrevivir a Skyline.