Con 40 años de experiencia en el sector de la peluquería, más de 30 con su salón en la calle San Agustín y más de un cuarto de siglo especializado en pelucas, en Antonio Peluquero -en la calle San Agustín de la ciudad, ofrecen asesoramiento personalizado en pelucas a las pacientes con cáncer, ayudándoles a que se sientan protegidas, que encuentren la que mejor se adapta a sus necesidades y haciéndoles también más fácil el difícil trance de perder el cabello al iniciar un tratamiento de quimioterapia contra el cáncer.
El propio Antonio, que fue uno de los fundadores de la Asociación AMAC, que creó la desaparecida y muy recordada María José Merlos. Y en este 19 de octubre, Día Mundial contra el Cáncer de Mama, destaca la importancia de ofrecer acompañamiento y mucho apoyo a las mujeres cuando se enfrentan al hecho de tener que perder su pelo. «Trabajo mucho con ellas también la autoestima, porque las pelucas son una herramienta para que las mujeres operadas de cáncer sufran menos ese shock que supone el tratamiento y aspectos como la pérdida del cabello, que suele ser uno de los que más impactan de inicio», detalla Antonio, que está al frente de Antonio Peluquero, que cuenta con siete trabajadores, también su hijo, por lo que el relevo generacional está asegurado.
IMPORTANTE SER ESPECIALISTA
Detalla que, a la hora de que una mujer elija una peluca, es importante que encuentre en su peluquero un gran apoyo, «ahí es importante hacer un buen trabajo y ser el especialista tú, para dar el apoyo que esa persona necesita en un momento tan doloroso y para ayudarles a que encuentren una peluca con la que sientan que siguen siendo ellas».
Reconoce que el trance no es fácil, pero que después de tantos años lo hace ya con una «facilidad increíble» con la que ha conseguido que sus clientas casi no se enteren de que ya han perdido su pelo y llevan su peluca. «Cuando se ven con ella puesta ya no sufren tanto ese trauma que supone la pérdida del cabello, se sienten algo protegidas y eso es una gran satisfacción», subraya este reconocido peluquero de la ciudad de Albacete.
Destaca, además, que cuando empezó en el mundo de las pelucas «había cuatro modelos» por donde ahora hay «cuatrocientos». Si bien, incide en que ellos siempre han personalizado cada peluca «porque hay que adaptarla a la personalidad de cada mujer», con las que se sientan naturales.
Expone que primero les hace la peluca y después «las ‘educo’ para que ellas mismas puedan lograr el peinado con el que se sientan naturales».
Respecto a las pelucas, reconoce que para tratamientos cortos recomienda más las de pelo sintético, «que tampoco duren mucho más que el tratamiento, porque cuantos menos recuerdos guarden de esa etapa mejor» y para los más largos ya las de pelo natural, aunque también todo depende mucho de los gustos de la clienta y de si prefiere, por ejemplo, tener que peinarla menos o más.
