Manuel Ballesteros Redondo es un joven médico albaceteño, que actualmente trabaja como residente de tercer año de Dermatología en el Hospital Clínico Universitario de Valencia, una ciudad que ha contado con reconocidos dermatólogos de prestigio a nivel nacional, y que siempre que puede presume de su ciudad natal, Albacete, y de la excelente Facultad de Medicina que aquí tiene la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), donde se formó y que, sin duda, recomienda. En el examen MIR, él obtuvo el número de orden 550 de entre más de 16000 aspirantes que concurrieron en 2019 y destaca que la Facultad de Medicina de Albacete está entre las tres más potentes en el ranking MIR.
En una entrevista con Masquealba detalla que, el pasado mes de septiembre, tuvo la suerte de formar parte del Comité organizador de la XV Reunión Nacional de Residentes acogiendo a más de 250 compañeros de toda España en Valencia. Además, durante la celebración del 48 Congreso Nacional en Bilbao hace unas semanas, resultó elegido junto al Dr David Revilla del Complejo Asistencial de Salamanca, como Representante Nacional de Residentes de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Corta todavía pero intensa carrera sanitaria, con un futuro prometedor, la que atesora este joven albaceteño.
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¿Por qué se decantó por Medicina? y ¿por qué después esta especialidad?
En el colegio siempre decía que quería ser ingeniero de caminos o médico, pero finalmente en la adolescencia me decanté. En mi familia hay una gran tradición sanitaria y, junto a la curiosidad que supone el funcionamiento del cuerpo humano, así como todas las enfermedades y sus tratamientos, la elección fue fácil.
Respecto a la especialidad, quería ser oftalmólogo como mi tío el Dr José Joaquín Muñoz, pero tras un rotatorio en el Servicio de Dermatología del Hospital de Toledo, me convencieron. Una especialidad muy visual, resolutiva y con una vertiente médica y quirúrgica a la vez. Aún así, faltaba lo más difícil, la nota, ya que dermatología es la primera especialidad en agotar sus plazas en el examen MIR.
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¿En qué hospital le gustaría trabajar en el futuro?
Esa es la pregunta del millón. Como sabéis, el examen MIR es una prueba obligatoria que reúne cada año a más de 15000 médicos en España, y que según el número de orden, nos permite elegir una plaza de especialidad para realizar la residencia. Tras 6 años de carrera y al menos un año preparando esta prueba, no se trata de una oposición al uso, es decir, no obtenemos una plaza fija.
De esta forma, la realidad a la que se enfrentan la mayoría de compañeros es precaria, con cifras de paro menores a otros colectivos, pero firmando contratos de mes en mes, incluso semanas, ya que la plaza fija se suele conseguir años después.
Respondiendo a la pregunta, me gusta mucho Comunidad Valenciana, Murcia, o incluso regresar a Albacete, pero ya veremos.
Cuenta con una dilatada participación en congresos y ponencias, ¿es importante para un médico seguir formándose, verdad?
Sin duda. Un médico nunca deja de estudiar. La Medicina avanza cada día, cada hora. Es por ello que en los congresos nos reunimos especialistas de cada área, se exponen los últimos avances y tratamientos, resultando así enriquecedor para nosotros como profesionales y muy beneficioso para nuestros pacientes.
¿Había ya más médicos en su familia?
Sí, aunque mi padre es veterinario y se define como “médico de animales” y mi madre es arqueóloga, en la familia tenemos un gran vínculo con el mundo sanitario. Tengo 5 tíos médicos (oftalmólogo, y médicos de familia), 2 tías enfermeras y un tío fisioterapeuta. Además, hay que sumar que 5 de mis primos también son (pediatra, internista) o serán compañeros de profesión, al igual que mis hermanos.
Comparte profesión con su hermano, imaginamos que satisfecho también por ello…
Me alegré más por su plaza que por la mía, no digo más. Mi hermano es como un mejor amigo, compartiendo desde pequeño amistades, el baloncesto, luego la carrera, y finalmente la dermatología. Aunque él esta haciendo la residencia en Donosti, nos vemos con mucha frecuencia.
Sacando ambos exactamente la misma nota en la selectividad (12,893), el destino nos ha vuelto a juntar, asique estoy muy feliz.
Además en unos años, también se unirá a nosotros mi hermana, que esta en 2º de medicina en Reus.
Tuvo la suerte de entrar en la Facultad de Medicina de Albacete, donde cada año muchos se quedan sin plaza, ¿Qué destacaría de la formación que ofrecen?
La Facultad de Medicina de Albacete es una de las tres universidades más potentes en el ranking MIR. Si bien es muy exigente, contamos con prácticas de calidad durante todo el año y rotaciones en casi todas las especialidades. Al ser un modelo de “evaluación continua” con exámenes cada dos meses, podemos centrarnos al máximo en cada asignatura.
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¿Qué echa un sanitario en falta con la situación actual por la pandemia del Covid?
Nos encontramos ante una época difícil para todos. La carga de trabajo en muchas especialidades ha sido brutal, pero al igual que debemos tener empatía con el paciente, nosotros también somos personas con nuestros defectos y virtudes.
Para terminar y de forma breve, ¿qué recomendación daría sobre el cuidado de la piel?
Los dermatólogos trabajamos a diario con la piel y sus anejos (pelo, uñas y glándulas sebáceas). La piel es un reflejo de muchas enfermedades, pero gracias a su accesibilidad, permite realizar un diagnóstico precoz de numerosas patologías. Por ejemplo, lunares que han cambiado o heridas que no curan, deben ser motivos de consulta ante los que “Confiar en tu dermatólogo” tal y como titula la última campaña de prevención de la Academia Española de Dermatología (AEDV).
Manuel, junto a su hermano, también médico, en un congreso.
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