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DESCONOCIDOS E IMPOTENTES (1-0)

El cansancio físico y el pesado terreno de juego hicieron mayor mella en el Albacete, que cayó derrotado por la mínima ante un reservón Algeciras, que gestionó mejor los esfuerzos, la seguridad defensiva y las salidas al contraataque.

Novedades en el equipo titular: Alberto por Dorronsoro en la portería, César Díaz por Calle arriba y Diego Benito por Rubén Cruz en la media punta.

El primer disparo fue de César desde fuera del área, dirigido a la escuadra derecha de Romero, el que sacó una mano increíble. Los nuestros dominaban, jugándose solo en campo rival, pero con falta de profundidad y ocasiones de gol.

Los locales se defendían muy atrás y salían a la contra, creando ocasiones más claras, como la de Carlos que envió a las nubes. Tras una falta botada sobre el área del Alba, el rechace llega a Carlos que al recortar a Israel, le deja el pié y el extremo cae, señalando el árbitro los once metros. El penalti lo trasformaba Javi Chico con pierna diestra al palo derecho de Alberto. Veinte minutos, íbamos perdiendo y había que remontar.

Solo balones colgados al área, con remates de cabeza infructuosos de César y Rojas, creaban algo de peligro. El dominio era desordenado, con jugadas aisladas, pero sin agobios para la defensa rival.

Por el contrario, las llegadas locales eran menos pero más claras. Un centro de Carlos al primer palo es rematado por Iván, sacando el cuero Alberto con el pié. Entre los dos algecireños, volvieron a elaborar una nueva ocasión, con tiro de Carlos a las manos del guardameta blanco.

Tras el descanso, Samu sustituyó a Jorge Díaz. De nuevo, la primera ocasión un disparo de César que paró Romero. Otra de César, que se entretuvo al regatear al propio portero, y dos de Rojas hacían creer que el panorama iba a cambiar, pero fue un espejismo.

Calle entró por Diego Benito, pasando Israel al centro y César a banda. Los nuestros dominaban el centro, pero el Algeciras lo hacía a partir de tres cuartos, anticipando y desbaratando los intentos del Alba. Más tarde, el cambio fue Rubén Cruz por Indiano.

La impotencia se hacía latente con el paso de los minutos, no encontrábamos la identidad de nuestro juego y apenas inquietamos a los andaluces. El reloj corría y el Algeciras no pasaba problemas para neutralizar cómodamente nuestros ataques.

Los últimos minutos, con más corazón que buen juego, tampoco pudieron cambiar el marcador: un golpe franco  lo estrelló Calle contra la barrera, una llegada de Rubén que no encontró rematador o un mano a mano que Calle disparó contra Romero, fueron los cartuchos finales del encuentro.