De madrugada y después de la cena para festejar el ascenso -que se prolongó hasta altas horas de la madrugada- hubo al fin baño de los jugadores en la fuente. Eso sí, bañarse solamente se atrevió Raúl Ruiz. Pasaban las cinco de la mañana y seguían disfrutando del sueño cumplido. Algunos de una manera más curiosa que otros, como Julio Soria que dio vueltas a la fuente corriendo hasta que no pudo más, no sabemos si era una promesa. La celebración nos dejó estas imágenes para el recuerdo.