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En 2004, un Levante-Alba en el estadio granota acabó en polémica cuando,
a falta de poco más de diez minutos para el final del partido entre el Levante y el Albacete (1-1), un pequeño mensaje en el videomarcador del estadio Ciutat de València levantó a los casi 17.000 aficionados de sus asientos. «El gol de Reggi ha sido gol», decía el texto, para sorpresa general, en el tablero electrónico. Se refería a un tanto fantasma del Levante (m. 57) que el árbitro, el madrileño Carlos Megía Dávila, no concedió. La jugada supuso la posterior expulsión del técnico levantinista, el alemán Bernd Schuster, y su segundo, Manolo Ruiz, por protestar contra esa decisión. La afición tomó enseguida la palabra. «¡Ha sido gol! ¡Ha sido gol!», coreó todo el graderío en un ambiente muy cargado contra el colegiado.
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El entonces presidente, Ángel Contreras, y todos sus directivos se fueron a la grada, en señal de protesta por no dejarle estar en el palco a Antonio López Alfaro, que no era directiva. Nada que ver con las buenas relaciones actuales al estar los míticos Manolo y Sancho, exjugadores del Alba, en el Levante.