Un gol para el capitán.- Gonzalo corrió a dedicarle su gol al capitán Noguerol, que estaba en el banquillo y que confesó después que no se lo esperaba. Momento emotivo que deja ver el buen rollo que hay en este equipo.

Foto de familia.- La que se hicieron el presidente del Alba, José Miguel Garrido; el portavoz del Consejo de Administración, Luis Castelo, y directivos del Fútbol Club Barcelona que estuvieron en el Belmonte para ver al filial.

El cariño de su pueblo.- Samu notó el cariño y la admiración de sus paisanos, que le han creado hasta una peña. Unas 40 personas vinieron para animarle, con una pancarta, por cierto, con fotos de Masquealba.

Se nota cuando vienen estrellas.– En el calentamiento todos los niños querían conseguir una camiseta de los jugadores del filial del Barça. Al que más se la pidieron fue a Munir, que al principio de temporada era fijo en la convocatoria del primer equipo.

¡Corre, corre, qué viene agua!.- El cámara de televisión tuvo que salir corriendo y cargado con la cámara –que pesa bastante- cuando se encendieron los aspersores del Carlos Belmonte. Tuvo que dejar el equipo a buen recaudo en la grada.

El lío del cuarto árbitro.- El doctor Vellando se pasó un partido ‘divertido’ con el cuarto árbitro. Cuando se lesionó Diego Benito este no les dejó entrar y con la lesión de Edu Ramos en el segundo tiempo también intentaron salir y tampoco les dejó al principio.

La pagó con el césped.-  Patrick, jugador del Barça B, con el segundo gol –obra de Rubén Cruz-  la pagó con el césped, la emprendió a patadas con el terreno de juego y lo destrozó un poco. El césped no tenía culpa aunque hay que comprender que se jugaban la vida.

¡Qué elegancia en la grada!.- Así de elegantes y combinados nos encontramos a estos tres jóvenes en la grada del Belmonte. Nos contaron que eran árbitros de Ciudad Real. No quisieron perderse el partido, muy elegantes por cierto. 

Todos acabaron reventados.-  Al final del partido estaban reventados los dos equipos. Portu también se quedó tendido sobre el terreno de juego, al igual que los jugadores del Barça B, aunque en el Alba era por alegría y en filial blaugrana de tristeza porque se les escapa la categoría.