Desde que a primera hora de ayer sábado se conociera la triste noticia de la muerte del querido Dámaso González, en Albacete y en todo el país se sucedieron las muestras de dolor por su pérdida.
Pero, además, este domingo, la ciudad se ha volcado para despedir al maestro. Miles de personas se han acercado hasta su Capilla Ardiente, en La Chata, han dado vida a las gradas de la Plaza de Toros para aplaudir a la figura del toreo en su última vuelta al ruedo; ha salido por la Puerta Grande de su querida plaza al grito de «‘¡Torero, torero!» y sus amigos, familiares y compañeros de profesión han querido llevar el féretro a hombros hasta la Catedral de Albacete, en un ‘paseíllo’ profundamente emotivo donde se ha visto a muchos sin poder ocultar las lágrimas.
Un pancarta de su peña, en homenaje «Al rey del temple» encabezaba la marcha hasta la Catedral.
Una despedida a lo grande para un gran torero que siempre fue una persona accesible y muy amigo de sus amigos. Un buen hombre que está recibiendo en su despedida el cariño que él dio en vida.