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POR QUÉ EL ‘ESPÍRITU’ DE MORIENTES UNIÓ A ZARAGOZA Y ALBA

© Jesús Moreno

Fernando Morientes es el eje de las relaciones directas entre el Real Zaragoza y el Albacete Balompié como clubes, según lo recuerda El Heraldo con motivo del choque que este sábado enfrentará a ambos equipos. 

El delantero fue fichado por el Real Zaragoza el 8 de julio de 1995 tras despuntar de forma notable en el Albacete con tan solo 18 años en la temporada anterior. Esa operación, por la que la SAD zaragocista pagó 325 millones de pesetas (algo menos de 2 millones de euros), se convirtió en esos momentos en el fichaje más caro en la historia del club blanquillo, con el que firmó un contrato por cinco temporadas, de las que solo cumpliría dos al ser contratado por el Real Madrid en 1997. Su cláusula de rescisión se cifró en 500 millones de pesetas (unos 3 millones de euros) y su ficha anual se pactó en 40 millones de pesetas por temporada (240.000 euros).

Aquellas negociaciones entre las directivas de ambos clubes por Morientes fueron el primer vínculo histórico entre unos y otros tras seis décadas de existencia. El prometedor goleador, que ya era internacional español sub-21, sirvió como nexo de unión y acercamiento de dos clubes muy distintos, según El Herlado. 

En tiempos de vacas flacas entre las dos aficiones, el recuerdo de Morientes es ahora mismo un punto agradable en la nostalgia. Contaba HERALDO DE ARAGÓN en aquel verano de 1995 que «las negociaciones con Morientes fueron muy duras debido a la cantidad de novias que le habían salido al jugador. El Real Zaragoza fue el primero que se interesó por él y el que al final ha conseguido su objetivo. En el camino se quedaron el Español, el Atlético de Madrid y el Real Betis». Al respecto, la información subrayaba cómo «el fichaje de Morientes estuvo a punto de romperse en los últimos momentos cuando el acuerdo con el representante del jugador, Alberto Toldrá, era total. La aparición en escena del Real Betis puso en peligro lo que parecía una realidad. Manuel Ruiz de Lopera, consejero delegado del club verdiblanco, ofreció al Albacete 300 millones de pesetas y al delantero azerbayano Velli Kasumov». Pero, por fortuna para el Real Zaragoza, los deseos del joven delantero prevalecieron y él quiso venir al equipo aragonés por encima de todo lo demás.

Desde aquel verano de 1995, en todos los enfrentamientos Real Zaragoza-Albacete Balompié que se han dado, tanto en Primera, como en Segunda, como en la Copa, el espíritu de Morientes impregna la relación de ambas entidades.