En Semana Santa la preciosa localidad albaceteña de Alcalá del Júcar regresa otra vez a la Edad Media con un mercado medieval que destaca por la Artesanía de Autor que se ofrece en todos los puestos. Por tercer año consecutivo el Ayuntamiento cuenta con la asociación AMATA para la organización del evento, ofreciendo al público un incentivo más para visitar este pueblo tan conocido por su rica historia, sus encantos arquitectónicos y bello entorno natural. Trovadores, un zancudo, un malabarista y otros personajes medievales garantizan un ambiente vivo y auténtico.
Con su tercera edición este mercado seguramente confirmará su fama de ser un evento de calidad que se diferencia claramente de la mayoría de los mercados medievales que se ven en otros sitios. Amata, como asociación de artesanos, garantiza la autenticidad de los productos en todos los puestos. Sólo admite «Artesanía de Autor», es decir: el autor de las piezas está presente en el puesto y lo que nos muestra ha sido realizado por él o ella.
De este modo el público tiene la oportunidad de comprar directamente al artesano e incluso pedir algo especial si no encuentra lo que busca. Todos los artesanos traen sus herramientas para poder personalizar sus productos o adaptarlos a las preferencias del cliente, por ejemplo, pintando un diseño especial o grabando un nombre en la pieza elegida. Algunos estarán trabajando en sus puestos para que el visitante pueda observar la destreza, paciencia y cariño con los que se hacen las cosas de artesanía.
Cada puesto tiene algo diferente, piezas únicas a muy buen precio. El herrero Vito trae su fragua para trabajar en el mercado y Mikel hace zapatos y sandalias coloridas para niños y adultos. Carla está hilando y Beate tejando en un telar ibérico para enseñarnos las técnicas más antiguas de su oficio. Los bolsos de cuero de Tony están diseñados para usarlos durante muchos años, Susana ofrece sus encuadernaciones y carpetas llamativas y las marionetas de Juan encantan a grandes y pequeños. Varios puestos ofrecen joyería y bisutería de diseño en macramé, plata, esmalte, cerámica y vidrio. Los más pequeños pueden divertirse con las burbujas de jabón, mientras que los mayores pueden tomar un té o probar la comida árabe en la jaima.
Un auténtico ambiente medieval está garantizado por los trovadores, un malabarista, zancudo y un oso con su domadora (no hace falta alarmar a las protectoras de animales: ¡no es un oso de verdad!). Vuelve la pareja con su pompa de jabón, que el año pasado encantó a grandes y pequeños con sus miles de burbujas y habrá un taller de pintacaras.
Alcalá del Júcar invita a un paseo por sus calles y espacios pintorescos. El monumento por excelencia es su castillo del siglo XV que corona está preciosa localidad. Aunque no es muy grande, en cada rincón te encuentras con alguna sorpresa, como sus casas cueva, la Iglesia Parroquial, su Plaza de Toros (única en su género por su forma irregular), las Cuevas de Masagó, del Diablo y del Garadén, la Ermita de San Lorenzo y Puente de La Rambla y, como la villa se encuentra en lo alto de una colina, las vistas son impresionantes.
