Desde la Asociación Cultural de Castilleros de Chinchilla de Montearagón se han pronunciado sobre la controversia que ha surgido en los últimos días, por las señales anunciadoras de diversos hechos culturales instaladas en pueblos de la región por la Junta de Comunidades. Y que en el caso de Chinchilla muestran un castillo que nada tenía que ver con el de la localidad.
Sobre las señales instaladas en Chinchilla de Montearagón, esta asociación ha querido resaltar una serie de «contradicciones».
La primera, como lo relatan en un comunicado firmado por Francisco López Barcenilla, presidente de esta Asociación, es el hecho de que la imagen elegida para ilustrar las señales «no se corresponde en absoluto con la realidad de nuestro castillo».
Han lamentado que «si en una población se anuncia y se publicita un monumento tan emblemático como su castillo, historia viva de nuestra civilización, consideramos que debe ser lo más fidedigno con la realidad existente, pues es identidad de esa población».
Recuerdan que en el pueblo de Chinchilla existe un cariño especial por su gran recorrido histórico, que tiene además de lo emblemático de sus calles y monumentos representados por su dominante castillo y sus numerosas casas con escudos heráldicos y por donde han pasado diversas culturas árabes y cristiana, junto con un enriquecedor pasado Renacentista.
Un emblema que necesita inversiones
Han considerado, así, «controvertido» el publicitar un castillo tan histórico como el de Chinchilla mientras el mismo «está tan desamparado, necesitando ayuda de todas las instituciones para que vuelta a estar al nivel que se merece».
Así, han hecho un llamamiento a todas las instituciones «para que ayuden a nuestro Ayuntamiento a rehabilitar nuestro emblemático castillo y sus alrededores, para hacer justicia con la gran historia que representa en nuestro pueblo, nuestra Autonomía y en el Estado».
Reiteran que lo que buscan es que «se haga justicia» y «despertar conciencia social» ante una situación «que se arrastra desde hace mucho tiempo y que consideramos debe comenzar a cambiar, en beneficio de la historia y la cultura, tan necesaria para cualquier sociedad moderna».