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“Busco el estallido de poesía que hay en todas las cosas”: Cărtărescu llena en la Diputación

Tras la recepción institucional al autor que por la mañana ha protagonizado el presidente Cabañero, la literatura ha ocupado por completo el Salón de Actos de la Diputación de Albacete en un encuentro apasionante con Mircea Cărtărescu que ha reunido a público general e integrantes de clubes de lectura y del ámbito cultural provincial.

El acto, organizado por el Servicio de Educación y Cultura, con Mª Luisa Fajardo al frente, ha contado entre las y los asistentes con la también afamada escritora Ioana Nicolaie (esposa de Cărtărescu) e integrantes del Oh’Poetry Festival, entre ellos, uno de sus directores, el escritor Andrés García Cerdán.

El diputado coordinador del Área Social, José González, ha ejercido de ‘anfitrión’ en nombre de la Diputación, abriendo la sesión con una bienvenida muy sincera: “Nos sentimos privilegiados de recibir a una de las figuras más potentes y singulares del panorama literario internacional. Su literatura ha traspasado fronteras —no sólo geográficas— por la pasión, la autenticidad y el compromiso que hay en cada obra”.

González ha subrayado la apuesta de la institución por una cultura democrática y accesible: “Este acto es ‘el acto’, toda una declaración de intenciones. Queremos extender la cultura de calidad a lo largo y ancho de la provincia —encuentros de autor, clubes de lectura— y hacerlo desde la democratización: que cualquier persona, en cualquier rincón, pueda disfrutarla gratuitamente”, ha señalado.

José González concluyó su intervención con una cita del poeta palestino Marwan Makhoul, rescatada por el presidente del Gobierno en la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible inaugurada este mismo lunes en Barcelona: “Para escribir una poesía que no sea política es necesario escuchar a los pájaros, pero para escucharlos es necesario que cese el bombardeo”. Unas palabras que, en este contexto (temporal, social y geopolítico), han resonado como un recordatorio de la dimensión ética y transformadora de la cultura, y como el mejor preámbulo para la conversación con un autor hipotónico e incansable soñador, que ha hecho de la literatura una forma de resistencia humanista.

A continuación, la periodista y poetisa Almudena Sánchez ha abierto la conversación, junto a Arturo Tendero, compartiendo su primera lectura de Lulu y el “temblor” que aún le evoca: “un sueño incandescente donde lo real y lo metafísico conviven”. La traductora, Elena Borrás, ha hilado de forma magistral y con tempo sosegado cada intervención del autor, siendo un complemento perfecto y ágil, fiel a sus impresiones y esencia. Además de traductora de la Embajada de Rumanía en Madrid, lo es de las obras de Ioana Nicolaie.

     “Siempre he sido poeta: la poesía es un sinónimo de libertad”

Cărtărescu se ha presentado con sencillez (“me siento como en casa en Albacete”) y ha asumido sin rodeos su identidad creativa: “He sido, soy y seré poeta. Para mí, la poesía es la vida misma, un sinónimo de libertad. No me interesan las novelas realistas por sí mismas; busco el estallido de poesía que hay en ellas”.

Así, ha explicado su tránsito de los versos a la narrativa: “Tras siete u ocho libros de poemas uno puede agotarse. Hice un juramento a los 30 años: no volver a escribir versos. Necesitaba una ‘talla’ más amplia, y la encontré en la prosa, sin dejar de mirar el mundo poéticamente”, ha relatado.

Desde esa permanencia, ha reivindicado la poesía como ‘princesa’ de la cultura, no cenicienta; y compartido su fascinación por las parábolas (Borges, Cortázar…) como manera de rozar lo infinito —aprovechando para evocar la fábula del ajedrez y la duplicación que desborda la mente— y su célebre relato ‘El ruletista’, “una lucha metafísica con la muerte”.

     El diario, el tronco del árbol y la inspiración

El autor ha descrito su diario manuscrito —que escribe desde los 17 años— como “un largo auto-entrevista”, su “segunda piel” y “el tronco” del que brota toda su obra: “Anoto lecturas, sueños y anomalias de la mente. Las primeras 200 páginas de Solenoide nacen de ahí. Publico el diario en volúmenes, depurado para no herir a nadie: no quiero una colección de chismes, sino literatura”.

Preguntado por el público, Mircea ha defendido una noción hoy poco frecuente: “Soy de los últimos mohicanos que creen en la inspiración. Cuando no la tengo, no escribo; y cuando llega, tampoco soy yo quien escribe. Es otra entidad en mí, más sabia. Yo sólo añado algún acento. Como en las carreras: no gana el jockey, gana el caballo; el mejor jockey deja al caballo libre”, ha compartido con el público.

     El joven poeta y el tiempo: perder y ganar

A la pregunta sobre qué queda del joven que creía que la literatura era un arma cargada de futuro, ha respondido con una parábola (de nuevo, de Borges) y una constatación vital: “Todos mudamos de piel. Hoy tengo más oficio que a los 26, pero quizá menos llama. Lo conté escribiendo Melancolía 30 años después de Nostalgia: misma estructura para comprender qué se gana y qué se pierde en el camino”.

     Una mirada y una ética

Durante la charla, Cărtărescu ha reafirmado rasgos que lo han convertido en una de las mayores voces de la literatura europea: su mirada poética —“oblicua, casi infantil” según él mismo—, su defensa de la literatura imaginativa y su convicción de que la cultura no es adorno sino núcleo de humanidad. 

Al cierre, el público que ha llenado el salón, físicamente y también en dosis de interés y entusiasmo, ha formulado preguntas sobre su proceso creativo, el futuro de sus diarios y sueños tras Theodoros, y la relación entre su vida y obra. El autor ha respondido con generosidad y humor, dejando puertas abiertas a volver y firmando cuantos ejemplares de sus obras han llegado hasta sus manos antes de despedirse.

Con este encuentro, el Gobierno de Cabañero al frente de la Diputación de Albacete reafirma su vocación de cultura viva, cercana y transformadora, que se democratiza en cada pueblo a través de clubes de lectura, encuentros de autor y programaciones que hacen de la lectura un bien común. Una provincia que se sabe lectora, democrática y europeísta, y que hoy ha abrazado la literatura de Cărtărescu como lo que es: una forma de vida.