El anuncio decía «El sol puede ser suyo». Y ellos se lo creyeron. «Sea patriota, invierta en energías renovables» y así lo hicieron era entonces el año 2007 y el Gobierno que presidía José Luis Rodríguez Zapatero instaba a invertir en generar energía fotovoltaica.
Hoy, una década después, se estima que hay miles de productores con el riesgo de la ruina en todo el país, unas mil en Castilla-La Mancha y en Albacete, una de las tierras donde más se abogó por este tipo de energía.
Castilla-La Mancha, con 923 instalaciones fotovoltaicas está a la cabeza de todo el país y Albacete es la provincia con más dependencias de estas características.
Ahora, muchos propietarios se encuentran ahogados por las deudas, con su patrimonio haciendo malabares y esperan como última solución la sentencia de los laudos que pudieron reclamar otros, los inversores extranjeros a los que el Gobierno también embaucó y que han convertido a España en líder de demandas internacionales por delante de República Checa, Rusia, Turquía o Venezuela.
Entre 2007 y 2009 se instalaron en España 4.200 megavatios sólo de energía solar fotovoltaica, con una inversión que rondaba los 25.000 millones de euros. Muchos de ellos estaban en esta región. A finales de 2008 la potencia ya multiplicaba por diez las previsiones y (otra vez) nadie frenó la burbuja.
Fue un sector que en nuestro país llegó a generar 45.000 puestos de trabajo y que hoy ha caído en picado, con sus propietarios tratando de sobrevivir y ya sin generación de empleo.