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No todas las monedas de peseta alcanzan los miles de euros en el mercado del coleccionismo. Es muy escasa la probabilidad de encontrar en casa un antiguo metal cuyo valor sea superior al de la propia moneda. Pero ¿Cómo distinguir una moneda histórica de la simple calderilla? ABC recogía algunas claves:
- Son monedas muy específicas que no han circulado. Una moneda de 300 euros acuñada en plata que pesa un kilo y se vende por 1.500 euros. Está dedicada a la historia del dólar. Cuenta Villafranca que ya ha vendido tres ejemplares. Algunas de las pesetas con más valor están dedicadas a eventos concretos, como las acuñadas con motivo de la III Exposición Nacional de Numismática.
- Pertenecen a ediciones limitadas. Por ejemplo, las famosas monedas de oro de 100 pesetas acuñadas en 1897, en bajo el reinado de Alfonso XIII.
- Elementos diferenciadores. Las monedas cuentan con signos distintivos que pueden servir para dilucidar entre un duro cualquiera y un auténtico tesoro. Por ejemplo, la inscripción E-87 diferencia a la peseta de la III Exposición Nacional de Numismática. Un 49 en el interior de una estrella marca las monedas de cinco pesetas de 1949, por las que según ‘Foronum’ y ‘Todo Colección’ se puede llegar a pagar 20.000 euros.
- Estado de conservación. El aspecto de las monedas puede marcar su valor en subasta o de venta a coleccionistas. Sólo si se encuentran en óptimas condiciones de conservación pueden alcanzar precios altos.
- Envoltorio. Y precisamente para preservarlas de agentes externos, quienes poseen alguna de estas monedas históricas no suelen dejarlas ‘perdidas’ en el fondo de un cajón o en un bolso antiguo.