Recibió el Alba a uno de los rivales más flojos del grupo, en un partido fácil para los nuestros, a pesar de empezar perdiendo tras gol de Plata, sin un fútbol para el recuerdo, pero con la importancia de los tres puntos sumados. Marcaron Calle e Indiano, uno en cada periodo.
Luís César presentó cambios en el once, buscando mejor salida de balón y profundidad en banda. Así Miguel Núñez entró en la posición de central, José Carlos en el lateral izquierdo, Samu por delante de él, con Rubén Cruz en punta y volviendo Dorronsoro bajo palos, tras su lesión.
Empezamos algo fríos, sin mucha intensidad en el juego ni en la presión, pero helados nos quedamos a los doce minutos. Israel Bascón en un desmarque, se echó la mano atrás, evidenciando rotura en sus isquiotibiales. Esto descentra a sus compañeros, que pendientes de este hecho descuidan tapar el centro de Ocaña desde su ataque izquierdo y la marca de Plata entre centrales, el cual remata de cabeza cruzado y a placer, batiendo a Dorronsoro.
Entró Calle por el lesionado Israel y fue protagonista de ejecutar magistralmente una falta directa a la media hora de juego, por encima de barrera, algo centrada pero sin llegar un lento Sergio Sanz.
El Albacete lo había buscado antes, sobre todo con centros al área, muchos de ellos imprecisos. Sin embargo, la ocasión más clara la puso Cabezas, en jugada individual entrando por nuestra derecha, desbordando a Juanra, se planta solo ante Dorronsoro y amagando un centro atrás, dispara pegado al palo derecho, pero por fuera.
Tras el descanso, el juego se mantuvo muy lento, con falta de desmarques, sin crear espacios libres, con posesión en el centro del campo pero atascados conforme nos acercamos a su área.
De esta manera, solo con algún disparo lejano se podía romper la cerrada defensa del Écija y lo hizo Indiano, como hace diez días ante el Cádiz, pegado a la base del palo derecho, donde no llegó el guardameta andaluz. Se había remontado y casi a medio gas, lo que evidencia la debilidad del rival. A partir de aquí, la tranquilidad fue mayor.
El partido dejó algunos destellos de calidad en la conexión entre Calle y Samu, los cuales se buscaban y encontraban, tiraban paredes y pases en profundidad entre ellos, formando una interesante sociedad de calidad.
Entraron Sergio Molina y César Díaz. En los instantes finales, los visitantes se estiraron, algo que no habían hecho en todo el encuentro, pero su falta de pegada no hizo temer por la victoria.