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Cruz Roja recomienda extremar la precaución para evitar accidentes en playas y piscinas

Los accidentes en el agua pueden tener repercusiones muy graves, incluso con riesgo para la propia vida. Los ahogamientos y otros accidentes similares pueden evitarse siguiendo unas mínimas normas de seguridad.

Cruz Roja está presente en unas 300 playas del litoral español y anualmente lleva a cabo más de 96.000 atenciones (sanitarias, rescate de personas, localización de menores extraviados, baño adaptado para personas con discapacidad, etc).

Estos son sus consejos:

* Báñate, preferentemente, en zonas habilitadas para ello y que cuenten con un servicio de vigilancia y salvamento.

* Evita entrar bruscamente en el agua, sobre todo después de haber tomado el sol o haber comido de manera copiosa.

* Sal de inmediato del agua si adviertes algún síntoma extraño (escalofríos, tiritona persistente, fatiga, dolor de cabeza o en la zona de la nuca, picores, mareos, vértigos o calambres…).

* No te tires de cabeza en lugares de fondo desconocido. Las zambullidas en el agua son la causa del 6% de las lesiones medulares en España, especialmente entre los varones jóvenes.

* Vigila en todo momento a los niños que estén cerca del agua, especialmente a los más pequeños, aunque sepan nadar.

* Presta atención también a las personas mayores…!!

* Respeta las banderas de señalización en las playas, así como las indicaciones de los socorristas.

* No intentes nadar en contra de la corriente. En caso de ser arrastrado, nada paralelamente a la playa y, una vez que salgas de la corriente, nada hacia la orilla. En caso de apuro, pide ayuda…!!

* Evita bañarte en zonas de riesgo como en ríos de gran caudal, en pozas naturales o bajo cascadas de agua.

* El aprendizaje de la natación, la educación sobre los riesgos que rodean al medio acuático y el uso de chalecos salvavidas homologados son altamente recomendables desde la edades más tempranas…!!

* Si te gustan los deportes acuáticos, practícalos en las zonas habilitadas especí-ficamente para ello.

 

¿Qué hacer en caso de accidente en piscinas y playas?

Los minutos que siguen al accidente pueden ser vitales para la víctima. Por ello tenemos que actuar con orden y serenidad para que la atención al accidentado sea lo más correcta posible. Cruz Roja cuenta para ello con un esquema de actuación, la conducta P.A.S. (Proteger, Avisar y Socorrer):

* Proteger el lugar del accidente.

o Haz seguro el lugar con el fin de evitar que se produzca un nuevo accidente. Según la situación será necesario, por ejemplo, avisar a los bañistas del peligro existente (corrientes, medusas, etc,), balizar la zona para informar de la existencia de cristales en la arena, o piedras a poca profundidad, etc.

* Avisar a los servicios de emergencia.

o Si existe servicio de vigilancia y salvamento en la zona pide ayuda al puesto de socorro más próximo.

o Si no existe servicio de vigilancia y salvamento y, según la gravedad de la situación, llama al teléfono de emergencias 112. Si la situación no reviste gravedad, acude al Centro de Salud más próximo.

* Socorrer a los heridos.

o Si una persona se encuentra “en apuros” en el agua, intenta acercarle un objeto al que pueda agarrarse para mantenerse a flote, hasta la llegada de los especialistas. Nunca te tires al agua para socorrer a alguien en peligro si no has recibido formación específica para ello…!!

o Controla las funciones vitales de la víctima. Lo primero es valorar los ‘signos vitales’ para saber cómo están funcionando el cerebro (consciencia), los pulmones (respiración) y el corazón.

o Evita movimientos bruscos al accidentado, ante el riesgo de que se haya producido una lesión en la columna vertebral.

o Asegúrate de que está consciente. Si el herido no reacciona al hablarle, tocarle o estimularle suavemente, con un pellizco por ejemplo, probablemente está inconsciente.

o Comprueba que respira “con normalidad”. Para saber si una persona respira espontáneamente, debes ‘ver, oír y sentir’ su respiración. Si no respira con normalidad, adminístrale 5 insuflaciones ó respìraciones de rescate, e inicia las compresiones torácicas externas, (alternando 30 compresiones y 2 ventilaciones), a un ritmo de 100-120 compresiones por minuto, hasta que llegue el equipo de emergencias.