El pasado domingo finalizó el plazo para formalizar las precandidaturas, para participar en el proceso de primarias para la elección de los candidatos y candidatas a las alcaldías de las capitales de provincia por el PSOE, y en Albacete, todo apunta a que la razón, como acto de discurrir el entendimiento, ha terminado por ganar enteros y se ha impuesto a otro tipo de sustantivos, quizás mucho más llamativos, populares y hasta populistas, pero bastante menos efectivos. Para la resolución final de este tipo de asuntos desde la razón, es mucho mejor que nuestro cerebro haya segregado serotonina, en vez de cortisol aderezado con unas gotas de testosterona.
No faltarán voces, en especial la del eterno aspirante a ser el Rupert Murdoch local, que critiquen la responsabilidad política que han demostrado unos y otros, que no les parezca bien que la generosidad se haya impuesto a la cicatería, que la lealtad a las siglas y al proyecto sean los vocablos más utilizados, y que la altura de miras colectiva que ha conducido a que haya una sola precandidatura, le haya ganado la partida por goleada a los individualismos, y al que hay de lo mío, aunque alguna intentona fallida hemos tenido. Y es que hay gente, que hace lo imposible por vernos luchar por separado, con tal de que luego perdamos todos juntos.
Si hay algo en lo que podemos estar todos de acuerdo, es que vivimos una época marcada por la urgencia, una época donde resulta harto complicado encontrar espacios para la reflexión pausada, para la disquisición sosegada y donde la inmediatez es la que marca nuestra agenda cotidiana, lo que nos hace, a veces, tomar decisiones que con el tiempo, es decir mañana a lo más tardar, se tornan equivocadas, que afortunadamente no es el caso que nos ocupa. Y esa acuciante prontitud hace que los gestos, las actitudes, pero también a veces, y por desgracia, las poses, de las que Rivera es un fiel seguidor, sean las señas de identidad que marcan el destino de cualquier acción.
A todos aquellos y aquellas a los que no les gusta que exista una única precandidatura, me gustaría decirles que, aunque les pese, el mensaje, el gesto, la actitud que se envía a la ciudadanía están muy claros, los socialistas están listos para asumir el reto de gobernar el Ayuntamiento de Albacete desde la unidad y la cohesión interna. Sin que para alcanzar tan alta meta haya sido necesario derramar sangre por las esquinas en procesos de elección internos, que solo interesan a los que participamos en ellos y donde rara es la ocasión en la que no se deja algún herido de más en la cuneta.
Que nadie entienda de mis palabras que abomino de los procesos de primarias, antes al contrario, siempre he sido un firme defensor de los mismos cuando la regeneración se hacía precisa, cuando es necesario pasar página, y sobre todo cuando la ciudadanía así lo demanda.
Sinceramente, creo ahora no se dan ninguna de esas tres circunstancias. Ni es necesario regenerar las estructuras de la Agrupación Municipal Socialista, porque hace cuatro días que se cerró este proceso, ni tampoco hay que dar carpetazo ni dar por finalizada ninguna etapa, y la ciudadanía, lo que espera de los partidos que optan al gobierno municipal son propuestas ilusionantes para su futuro, opiniones claras, concisas y concretas sobre lo que nuestra ciudad precisa y el anuncio de proyectos viables y necesarios, que nos hagan volver a sacar pecho y presumir de albaceteñismo allá donde vayamos. Y eso no lo otorga per sé un proceso de primarias, y mucho menos uno a abierto a cara de perro, metafóricamente hablando, se entiende.
Por todo ello me felicito, y felicito a quienes han hecho posible el encuentro, la concordia, el acuerdo y el entendimiento, a quienes han dado un paso adelante y a quienes lo han dado al lado o atrás, porque, además, estoy convencido de que este es el primer paso para ganar las próximas elecciones municipales, unas elecciones que, aunque se puedan presentar confusas en cuanto a su resultado final, seguro que modificarán el actual panorama político local, donde espero y confío que los experimentos recientemente anunciados no tengan cabida en el salón de plenos municipal, bastante muestra hemos tenido ya con un solo y aislado botón, y donde las fuerzas de izquierda, lideradas por el Partido Socialista, asuman la responsabilidad de dirigir la nave de nuestra ciudad por la senda del progreso, de la solidaridad, de la igualdad y de la justicia social.
Emilio Sáez será la cabeza de cartel, pero en esta apasionante aventura no está solo, junto a él, a la par, se encuentra un extenso grupo de compañeras y compañeros que aspiran a trabajar para cambiar a mejor las condiciones de vida de nuestros vecinos y vecinas, para hacer de nuestro Ayuntamiento la casa de todos.
Emiliano García Page ha demostrado con hechos, que es posible revertir los efectos perniciosos de las políticas puestas en marcha por la antigua presidenta regional, la misma que utilizó a nuestra región como banco de pruebas de las políticas populares preconizadas por Rajoy & Compañía. Pedro Sánchez ha desmontado en muy poco tiempo al axioma popular, que nos repetía hasta la saciedad, que solo se podía gobernar de una determinada forma, la de Rajoy.
A partir del próximo mes de mayo, con el apoyo mayoritario de la ciudadanía, el PSOE retomará el timón de la nave municipal y ese día nuestra ciudad volverá a tener el alma y el lustre que han ido perdiendo poco a poco desde que Manuel Pérez Castell y Carmen Oliver dejaron la alcaldía.
Emilio, sabes que puede contar con mi apoyo y también con el del querido lector, ¿A qué sí?, pues claro, faltaría más.