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De la Barrera y su misterio (Opinión)

Texto: Julio Martínez

¿A qué juega el Alba? El principal problema para responder a esta pregunta es que la solución la tiene el entrenador, que habla para que no se le entienda. En las academias de entrenadores ya no se enseña fútbol, se estudian sinónimos barrocos para ocultar la galopante mediocridad que asola al fútbol español. Por eso deberíamos saber ya qué quiere poner en práctica el Albacete cada fin de semana, más allá de buscar la victoria.{loadmoduleid 6428}

La semana pasada dudábamos si este es un equipo del montón que saca rédito de los momentos de brillantez o es un plantel muy completo al que le cuesta encontrar la concentración para terminar de redondearse. La máquina no termina de engrasar y eso es cosa del técnico. A priori se diría que el Alba es capaz de manejar el balón y de someter con la posesión a sus rivales, pero sufre mucho cuando tiene que llevar el peso de los partidos.

Muestra de ello es la desesperación de Fran Álvarez cada vez que la coge. Levanta las manos y reclama, casi suplica, que alguien le ayude. Necesita gente que aparezca y quiera la bola para llevarla hacia delante y no jugar con el portero, que se dejó el crédito en Cornellá con un gol bochornoso. En la posesión más larga del Alba fue Dragan Rosic el que más veces tocó el balón. A partir de ahí se entiende que la cara A, la que quiere vender De la Barrera, es humo.

La otra cara es la de esperar, recuperar y salir a la contra. Ahí sí disfruta el Alba y domina muy bien los tiempos para llegar en superioridad a campo contrario. Hay gente muy rápida y capaz con el balón en conducción. Durante lo poco que va de curso, lo mejor de este equipo ha llegado en los contragolpes. Para los academicistas de verbo barato, una contra es la antítesis del fútbol, pero bien entendida y ejecutada con solvencia, es una manera perfecta para sacar los puntos y agitar a la grada.

Luego, claro, hay que meterla. El Alba no tiene gol y lo que es peor, no tiene recambios. La jornada nueve ya va aparejando cansancio. De la Barrera tiene un once en la mente y cuando se le cae alguien, drama. Cuando llegue abril y aparezca la fatiga, lesiones y demás, vendrán los sustos y las excusas. Como la del césped artificial o la de la mala suerte de cara a gol. Ya van tres derrotas en nueve jornadas y la peor diferencia de goles de los contendientes al ascenso. {loadmoduleid 6173}

¿Es pronto? Cada vez menos. Ahora vienen otros dos equipos de los considerados débiles y todo lo que no sea sacar seis puntos será un problema, aunque el fútbol es imprevisible. De hecho, no puntuar en Cornellá ha sido un fracaso a tenor de lo visto en el campo. El Alba ha sido mucho mejor, pero no ha encontrado el gol, unas veces, las más, por egoísmo, y otras porque juega contra otro equipo que se defiende. Se ha venido abajo muy pronto, los cambios le han restado frescura al equipo y esto sí es un verdadero problema para el míster, cuya idea de fútbol sigue siendo un misterio.{loadmoduleid 6455}