Por muchos golpes de pecho que se den los dirigentes del Partido Popular, por muchos propósitos de enmienda que hagan y por muchas veces que Rajoy repita por activa y por pasiva que “esto se acabó y aquí ya no se pasa ninguna”, del PP es imposible fiarse, porque a las primeras de cambio si te he visto no me acuerdo y coloco a Rita Barberá en la Mesa del Senado, para que siga aforada haya elecciones o no las haya y así tenga asegurada la inmunidad, ante una más que probable investigación por su participación, habrá que decir presunta, en la variante municipal del enésimo caso de corrupción con acento valenciano, porque ya es raro que todos sus compañeros de corporación estuvieran al tanto del intercambio de billetes de 500 euros y que ella, siendo la cabeza de lista y la “Jefa”, como algunos la llamaban, no supiera ni por donde iba la hebra.
Por eso, porque mucho me temo que esto no se ha acabado, y porque Rajoy no tendrá más remedio que seguir comulgando con ruedas de molino para evitar males mayores, no sea que alguna vez alguien se cabree de verdad y no esté dispuesto a comerse el marrón el solito o ella solita, es por lo que afirmo que del PP no te puedes fiar.
Como tampoco se debe fiar mucho Rajoy de que las hemerotecas guarden silencio ante las muestras de amor que públicamente profesó hace muy poco tiempo hacia Paco, Alfonso, Rita o Carlos, otrora muy amiguitos y de los que ahora reniega, al menos en público, por su condición de presos, imputados, investigados o presuntos implicados, que de todo hay en la viña del señor.
Ante este tufo corrupto que sale por la chimenea de Génova 13, cómo puede Rajoy seguir insistiendo, sin ni siquiera sonrojarse, en que tiene todo el derecho del mundo a seguir siendo presidente del Gobierno de España y exija a C’s y al PSOE que lo avalen para este fin, aunque sea mirando para otro lado y haciendo como si nada hubiera pasado, cuando tiene al Partido que lo sustentaría en el Congreso infestado de casos de corrupción, habrá que decir presunta, por aquí y por allá y por acullá, Partido que incluso ha esta siendo investigado, hasta hace unos meses imputado, por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas y que de momento le ha costado 1,2 millones de euros en fianzas. Lo dicho, como para fiarse.
Del Partido Popular es imposible fiarse, porque de hacerlo, de facilitar por acción o por omisión la investidura de Rajoy como presidente, no solo se estaría dando por buena la corrupción política, sino porque quien así actuase, se convertiría en cómplice de la fechoría o en colaborador necesario, que es un término mucho más fino y delicado, a fin de cuentas es lo que se le achaca a la hermana del rey, por eso hace muy bien Pedro Sánchez en decirle que NO una y otra vez y si Pablo Casado y Rafael Hernando no lo entienden, pues allá ellos, que la cosa es bien fácil, claro, que también andan diciendo, eso sí, entre líneas y soto voce, que Rita Barbera debería hacer mutis por el foro y sin embargo han tardado nada y menos en blindarla por lo que pudiera suceder, que ella no es titiritera. Vamos como para fiarse, insisto.Del Partido Popular es imposible fiarse, y de su presidente tampoco, porque mucho decir que le corresponde formar gobierno al partido más votado, para luego salir corriendo a las primeras de cambio cuando el Rey le propone que intente formar gobierno, aduciendo que las cuentas no le salen, como si le hubieran salido alguna vez después de conocer el resultado electoral y como si no supiera que no hay partido político en todo el Congreso que quiera pactar con el PP ni la hora del bocadillo, y es que la losa de la corrupción y los cuatro años de recortes indiscriminados en aras de la austeridad, pesan demasiado.
Y claro, al electorado estas cosas no se le olvidan. El estudio publicado por El País el pasado fin de semana pone en evidencia el descontento, al menos el de los preguntados, con la gestión que el PP en general está haciendo de la situación postelectoral y la de Rajoy en particular, cuya espantá ante el envite del Rey le ha pasado la primera factura, que no la última, porque eso de pasar palabra es para los concursos de la tele, pero para la gestión de la cosa pública se requiere alguien que no juegue como los malos delanteros, más confiados en el fallo del defensa que en sus propias cualidades, se requiere alguien que no deje al monarca con la palabra en la boca, se requiere a alguien que no piense continuamente en dudosos réditos electorales, en definitiva se requiere alguien que como Pedro Sánchez salte a la palestra sin miedo y dispuesto a conseguir, vía negociación, discusión, intercambio de pareceres y cesiones y concesiones, un bien común, porque está claro que mucho tiempo no podemos estar sin gobierno y nadie quiere nuevas elecciones.
Rajoy & Company están jugando al fallo y a dejar pasar el tiempo, como si el tiempo les fuese a dar esa docena de diputados que les negaron las urnas y como esa no es una buena estrategia pues están empezando a aflorar los nervios en el Consejo de Ministros, solo así se puede entender las dos aberraciones pronunciadas por los ministros del Interior y del Exterior, el uno diciendo que ETA esta contando los días para que se forme un Gobierno PSOE-Podemos y el otro, anunciando la salida de España de la lucha antiyihadista, si fraguasen los contactos Sánchez-Iglesias. Por eso el PP no es de fiar.
Por eso, porque el Partido Popular no es de fiar, se tiene que ir a la oposición estos próximos cuatro años, hacer examen de conciencia, limpiar a fondo su casa, eliminar los garbanzos negros, fueran estos cuales fueren y luego ya veremos que pasa. Y mientras tanto que dejen a Pedro Sánchez intentar formar un gobierno de progreso, un gobierno que devuelva a la ciudadanía esa pizca de ilusión que nos haga confiar en que existe otra forma de hacer las cosas, en que existe otra forma de gobernar.
