El Albacete vence y convence, por su seriedad y orden como equipo, planteando un encuentro a la perfección y además siendo efectivo, anotando cuando había que hacerlo. Jorge Díaz y Rubén Cruz pusieron el broche a la victoria
Las novedades del equipo se produjeron en los laterales, entrando Carlos y Pol, así como en la pareja de arriba, formada por Rubén Cruz y Calle.
El equipo estuvo muy serio, entendiendo perfectamente en el terreno de juego que jugaban, el más estrecho del fútbol nacional, además de inseguro en los apoyos por su césped artificial.
Ello condicionó a ser un partido de mucha lucha y brega, donde el control del jugo era casi imposible. No había que cometer errores y Alba no los cometió.
Tal fue la pelea que hubo incluso duelos donde saltaron chispas, como el que tuvo Calle con el central Jesule.
Calle fue protagonista de la primera jugada polémica, a los diez minutos de juego cae en el área pero el colegiado no quiso ver nada punible.
Minutos después Rubén Cruz disparó desde casi el centro del campo y a punto estuvo de inagurar el marcador, algo que si hizo Jorge Díaz a los 28 minutos de juego, anotando un golazo por todo la escuadra.
Al borde del descanso y provocado por las cortas dimensiones del campo, el portero local Pagola en un saque largo, pudo anotar en la meta de Dorronsoro.
Así se llego al final del primer periodo, con un Albacete capaz de realizar juego combinativo, de bajar el balón y jugarlo, en un estadio donde nadie lo había podido realizar, lo cual muestra la calidad de este equipo y la apuesta por el toque, dejando la firma de quipo grande de la categoría.
El segundo periodo comenzó con los nuestros algo más encerrados y saliendo a la contra, con menos ocasiones y fútbol más controlado.
Pudo aumentar la renta Calle en una ocasión en la que no tuvo fortuna, así como Rubén Cruz con un disparo que estrelló en la madera.
La segunda jugada para la polémica le costó a Luís César ser amonestado, al protestar efusivamente un posible penalti sobre Samu. Aquí tampoco quiso verlo el árbitro.
El autor del primer gol fue de nuevo protagonista en el segundo, al forzar un penalti, esta vez tampoco visto por el colegiado pero sí por su auxiliar, y consecuente expulsión del malagueño Oli. Pena máxima que anotó Rubén Cruz, con su clase particular.
Suponía coger la renta suficiente para no sufrir hasta el final del partido. Entraron en los minutos finales César Díaz y Sergio Molina, retirándose Calle y Samu. El choque estaba visto para sentencia y así fue.
Más líderes tras estos tres puntos, en un campo donde no todos los gallitos serán capaces de ganar y con un Alba que sale reforzado por la seriedad de su juego.
FOTOS: MARIANO POZO
