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El ansia viva de Albert Rivera

Ya lo pregonó a los cuatro vientos José Mota, con aquella frase que decía que “el ansia viva va a ser nuestra perdición”, pues eso mismo le digo yo al amigo Albert y Rivera Díaz de apellidos, que el ansia viva puede que sea su perdición. Dicho sea sin ánimo de ofender.

A mi modo de ver, el amigo Albert está demasiado ansioso porque llegue el día 20 de diciembre y comprobar si el décimo de lotería al que confió su destino ha sido agraciado con el premio gordo de los votos ciudadanos, ese premio gordo que le permitiría cambiar de residencia, coger el puente aéreo y dejar su Barcelona natal para trasladarse a vivir a la Moncloa, o si por el contrario solo le toca algo en la pedrea, porque como decía mi madre el que se presenta lo mismo puede ganar que perder.

No voy a negar que la formación naranja está de moda. Personalmente, no sé porqué, pero está de moda y además en alza, por lo que es muy probable que obtenga un buen resultado en las próximas Elecciones Generales, pero de ahí a que Rivera sea el próximo inquilino de la Moncloa hay mucho trecho.

Digo que personalmente no sé por qué está tan de moda y tan en alza, porque leyendo sus panfletos electorales no encuentro nada novedoso, salvo la subida de sueldo de 300.000 € que propone para el presidente del Gobierno, no vaya a ser que suene la flauta… Tampoco hay nada que no pregonen a los cuatro vientos el resto de partidos políticos, pues quién no quiere que la corrupción deje de ser noticia en los telediarios, quién no quiere que la sanidad y la educación sean públicas, universales y gratuitas, quién no quiere que las cosas cambien a mejor, quién no quiere dejar de preocuparse por su jubilación, quién no quiere que la falta de empleo deje de ser el problema número uno de la ciudadanía… Y así un largo etcétera de lugares comunes donde todos nos sentimos cómodos, los de los viejos partidos y los de los nuevos y emergentes, pero no por ello mejores, porque lo nuevo solo es eso, novedad.

Dice el amigo Albert que su partido lo forman ciudadanos que desean cambiar España para mejorarla, casi lo mismo que dice Rajoy cuando pregona que el PP es el partido que quieren los seres humanos normales para seguir cambiando España para mejorarla. Como se puede apreciar prácticamente no hay diferencia alguna, tan de derechas es uno como el otro, a fin de cuentas Eduardo Inda ha pedido el voto para C’s. Rivera se define como de centro, al estilo Suárez, y su partido está encuadrado dentro del Grupo Liberal Europeo como el PNV, CiU y UDyP, mientras que Rajoy se define como conservador moderado, y su partido está junto a toda la derecha conservadora europea.

Albert es un tipo guapete, con buena labia, que cae bien, que da bien en la tele, que va de ganador por la vida, y por lo tanto ya se ve en la Moncloa, aunque verse en la Moncloa también se ven Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y hasta Rajoy, que no tiene previsto abandonar su residencia actual, pero a Albert le puede el ansia viva.

Esa ansia viva que le ha llevado a proponer “productividad y felicidad” en su programa electoral sobre igualdad y conciliación, a la misma vez que dice que llamar matrimonio a la unión homosexual genera tensiones innecesarias y evitables, esa ansia viva que le ha llevado a escribir en su programa que fomentará la visibilidad de modelos a seguir femeninos en ámbito considerados masculinos, mientras que pregonaba que han de ser los hombres los que abanderen y lideren los cambios que permitan la igualdad de la mujer. Vamos, quien lo entienda que lo vote.

Esa ansia viva que ha sacado de de Albert su faceta más belicista en el espinoso asunto del terrorismo yihadista. Y lo mismo que en su haber figura que le ganó por la mano a Pablo Iglesias a la hora de pedir la inclusión de su partido en el pacto antiyihadista, en el debe están sus declaraciones sobre la implicación de España en la guerra para combatir a Daesh, cuando manifestó que el contraataque es la solución menos mala. ¿De verdad Rivera piensa llevarnos a la guerra contra los terroristas yihadistas en suelo Sirio?, Si es así y Rivera sabe contar, que con mi voto no cuente.

Esa ansia viva que le ha llevado a decir por un lado que no derogaría la reforma laboral del Partido Popular, para afirmar a renglón seguido que la reforma laboral del PP no ha creado empleo, sino que lo ha destruido. ¿En qué quedamos amigo Albert?, o ¿Acaso es que te apuntas a las tesis de Rajoy cuando afirma que a veces la mejor decisión es no tomar ninguna?

El ansia viva por afirmar que C’s es un partido inflexible con la corrupción le llevó a expulsar de su formación a quien votó en blanco en vez de abstenerse en la elección del Alcalde de Albacete, sin que ello supusiese cambio alguno en la decisión final, o a sustituir al candidato al Congreso elegido en primarias, porque no ha podido aportar unos certificados de haber realizado unos cursos en FEDA hace diez años.

Creo que somos muchos los que pensamos que es un eufemismo llamar a eso lucha contra la corrupción, más bien es coger el rábano por las hojas para hacer de mi capa un sayo, y si el candidato elegido en primarias no es de mi gusto pues le doy puerta con cualquier excusa, al igual que hizo con el concejal que no pegaba demasiado con el resto del grupo municipal, más que anticorrupción es ordeno y mando, querido amigo Albert, y si esas son las prácticas de los partidos nuevos, estamos apañaos.

Como apañaos estamos con los últimos partidos del Alba, tras el encuentro de ayer en Gerona estamos a un solo punto de la zona peligrosa. A espabilar toca.